Si bien en los últimos años habían sido los destinos urbanos los que habían tirado del carro de la inversión hotelera, 2017 ha vivido una evolución bien distinta, y han sido los destinos vacacionales los que han recibido un mayor impulso por parte de los inversores.

Así se desprende del informe presentado por Christie & Co, que recoge los datos de inversiones hoteleras realizadas hasta noviembre de este año.

Para la compañía, es relevante comparar los resultados de 2017 con los registrados en 2005. En estos doce años, España ha conseguido atraer el triple de inversión hotelera. Los destinos urbanos han ganado representatividad, gracias al posicionamiento internacional de ciudades como Málaga, Sevilla, Bilbao o San Sebastián. Madrid ha pasado de representar del 6 al 16 por ciento de inversión en estos doce años.

Además, en 2005 eran las cadenas hoteleras quienes lideraban la inversión, mientras que ahora son los fondos de inversión. Las cadenas han diversificado mercados y modelos de negocio y han apostado por un modelo separado de explotación e inversión en ladrillo.

Precisamente los fondos de inversión han sido los principales actores en 2017, copando más del 50 por ciento de la inversión total.

Estas son algunas de las principales transacciones registradas este año:

Del mismo modo, los destinos secundarios llegan con fuerza este año y representan el 29 por ciento de las transacciones.

Casi tres de cada diez operaciones se han realizado así en destinos secundarios. Se debe a cambios en la demanda de los turistas y la posibilidad de obtener una rentabilidad más alta en un menor espacio de tiempo. Cerca del 90 por ciento de la inversión está centrada en alojamientos de tres y cuatro estrellas.