Airbnb ha crecido exponencialmente desde su fundación en 2008 y se espera que pronto salga a bolsa en una oferta pública inicial que la sitúe entre las compañías hoteleras más valiosas del mundo.
De hecho, los consumidores estadounidenses gastaron más dinero en Airbnb el año pasado que en Hilton y sus subsidiarias: la segunda cadena de hoteles más grande del mundo, fue fundada hace un siglo.
Un estudio publicado en The National Interest ha tratado de dilucidar, con datos, cómo ha afectado todo este crecimiento a la industria hotelera en Estados Unidos, y cuán asustados deberían estar los hoteles al respecto.
Esta nueva investigación ha estudiado el impacto del Airbnb en el rendimiento de los hoteles en diez ciudades importantes de Estados Unidos para determinar cómo dicho crecimiento ha influido en tres indicadores clave: precios de las habitaciones, ingresos de los hoteles y tasas de ocupación.
La investigación incluye datos de 2008 a 2017 en Boston, Chicago, Denver, Houston, Los Ángeles, Miami, Nashville, Nueva York, San Francisco y Seattle.
El estudio demostró que este crecimiento de Airbnb se traduce en un impacto significativo en la industria hotelera en términos de ingresos, precios y tasas de ocupación.
Específicamente, por cada punto porcentual de aumento en el número de propiedades de Airbnb disminuyeron los ingresos medios por habitación de los hoteles en un 0,02 por ciento.
Aunque este impacto parece pequeño, es necesario tener en cuenta la descomunal tasa de crecimiento interanual de Airbnb cuando se mida el impacto de la compañía en los ingresos de las habitaciones de hotel.
En consecuencia, cada vez que el suministro de Airbnb se duplica –que es su ritmo medio anual desde su creación– los ingresos de los hoteles caen un 2 por ciento.
Airbnb sigue aumentando su oferta de propiedades en todo el mundo, de modo que representa un reto permanente para las cadenas hoteleras.
Aunque se están haciendo esfuerzos para regular los alquileres de las viviendas que componen las propiedades de Airbnb y otras plataformas de uso compartido en todo el mundo, algo que podría frenar su crecimiento, las decisiones sobre cómo regular estas plataformas no están siendo precisamente sencillas.
En otras palabras, y según este estudio, los hoteleros deberían seguir temiendo a Airbnb.
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