Hoy se celebra el Día Mundial del Turismo, y aprovechamos este evento para compartir unas reflexiones sobre oportunidades de desarrollo en el sector.

Con las cifras del rotundo éxito en entrada de turistas en 2016 a nuestro país resonando en los oídos, hacemos un alto en el camino para reflexionar sobre el estado del sector turístico. Cada año se baten récords de visitantes, pero el sector sigue adoleciendo de alta estacionalidad, precariedad laboral y bajos márgenes de beneficio. Y el tan deseado cambio de modelo turístico, del ‘sol y playa’ hacia un modelo más variado, cultural, de interior, de mayor valor añadido y menos estacional, se retrasa año tras año. En este contexto, ¿qué se puede hacer para sentar unas buenas bases de futuro, y reducir la dependencia de modelos basados en volumen y precio?

Innovación para la reconversión turística y hotelera

Actualmente contamos con un gran parque hotelero, muy atomizado y en muchos casos en riesgo de obsolescencia dentro de un sector maduro con alta competencia. En los pasados ejercicios el foco de las empresas se encontraba en la competencia por precio, a fin de resistir la gran caída en la demanda interna. Sin embargo, en los dos últimos años se está percibiendo una cierta recuperación de este turismo doméstico que, aunque aún se ve afectado por la caída en el consumo tras la crisis, ha proporcionado una perspectiva más optimista a los empresarios turísticos y hoteleros.

Este tipo de turista actual -post-crisis- está muy informado, es omnicanal y exige calidad a un precio justo. Además, coincide con ciertos cambios demográficos en el momento en que la generación más joven (millennial) comienza a consumir activamente e influye en el modo en el que se relacionan las empresas y los usuarios.

En el sector de la hospitalidad están surgiendo nuevas demandas que requieren una respuesta en forma de productos y servicios innovadores: alojamiento híbrido con trabajo, turismo de salud o de compras, desarrollos mixtos que combinan diversos usos (restauración, sanitario, docente…), estructuras flexibles, alojamiento residencial combinado con servicios hoteleros, smart destinations, etc. En ocasiones estos productos encuentran dificultad incluso para definirse dentro de un marco normativo rígido, y una burocracia que avanza más despacio que la sociedad. A pesar de ello, es necesario seguir investigando las demandas (explícitas o implícitas) de los clientes y creando nuevos productos en línea con las tendencias sociales y de consumo.

Además de poner en valor las riquezas naturales o culturales que diferencian cada destino, la innovación y el conocimiento aplicado deben ponerse al servicio del negocio para mejorar su eficiencia y en definitiva, incrementar su competitividad.

España lidera la reconversión de destinos turísticos maduros a nivel mundial, pero será necesario un esfuerzo continuado y coordinado entre el sector público, el privado y el asociativo, para culminar con éxito la reconversión a gran escala del sector.