por Luis Martín, socio de Abencys Reestructuraciones.
Los últimos días la aerolínea de bajo coste Norwegian ha solicitado concurso de acreedores en Noruega, habiéndolo hecho ya en Irlanda hace unas semanas. Mientras tanto, Pullmantur se encuentra inmersa en la búsqueda de opciones para su viabilidad y la operadora Politurs también ha presentado concurso de acreedores. Todo ello, junto con la predicción de Axesor, que prevé un importante aumento de estos procedimientos en el sector, hace presagiar que el panorama actual no vaya a mejorar para este sector a corto plazo.
Con el fin de evitar que la situación en la que se encuentra inmersa España en particular, y el mundo occidental en general, tenga un mayor impacto en las empresas del sector hay que adoptar medidas económicas y de reestructuración, legalmente soportadas de las que se puede hacer uso para adecuar las estructuras empresariales que faciliten la continuidad de estas compañías y reduzcan los efectos de la crisis sanitaria provocada por el Covid-19.
La clave para que aerolíneas, cadenas hoteleras o agencias de viajes puedan continuar con su actividad es llevar a cabo acciones de reestructuración de manera preventiva, determinando cual puede ser la evolución de su mercado en el corto y medio plazo, con el objetivo de diseñar una estrategia a tiempo ante situaciones adversas como la que ha traído esta pandemia mundial. La anticipación siempre será la principal herramienta de la que hacer uso para todas aquellas compañías que puedan verse en dificultades.
De igual manera, que las entidades conozcan las posibilidades de actuación y los recursos con los que cuentan para poder actuar y ejecutar los procedimientos que más se ajusten a cada situación y empresa también resulta esencial, contando con equipos capacitados en la entrega de un servicio con un conocimiento integral del sector y de las compañías que, además, se comprometan en su ejecución, no solo en el asesoramiento.
En España existen diversas acciones establecidas en la Ley para afrontar situaciones temporales de dificultad en las empresas, además de la aplicación de los ERTE o ERE, estos establecidos en la legislación laboral para las reestructuraciones operativas. En los ámbitos económico y financiero de la empresa las alternativas son, resumidamente, la refinanciación, el preconcurso (artículo 583 TRLC), la transmisión de la unidad productiva, la propuesta anticipada de convenio y el convenio, estas últimas en sede de concurso.
La refinanciación se puede llevar a cabo cuando exista un plan de viabilidad empresarial que permita estimar los ingresos y los gastos, que se conviertan en cobros y pagos, que aseguren la generación de liquidez suficiente para conseguir el acuerdo o convenio. El preconcurso, además, lo que impide es llevar a cabo ejecuciones singulares por parte de los acreedores.
La venta de la unidad productiva, en sede de concurso, permite salvar unidades operativas, por la aparición de compradores interesados que facilitan la continuidad de las operaciones, fundamentalmente, en aquellos casos en los que la reestructuración financiera, del balance de la compañía, resulta inviable.
Todo esto adquiere una complejidad mayor cuando se trata de compañías internacionales que operan en el marco europeo. La legislación y normativa sufre modificaciones que siempre han de tenerse en cuenta. En el caso de la aerolínea antes mencionada, el concurso presentado se regirá por el Reglamento Europeo de Insolvencias, que tiene su casuística específica. Por ello, es primordial conocer a fondo su funcionamiento, su práctica, así como la ejecución.