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Esther Rodríguez, MyStreetBook: «el emprendimiento femenino requiere grandes dosis de resistencia»

Esther Rodríguez, MyStreetBook: «el emprendimiento femenino requiere grandes dosis de resistencia»

Continuamos con esta serie de entrevistas que realizamos a mujeres del sector traveltech y emprendedor, principalmente, que creemos que pueden aportar, además de su experiencia (de incalculable valor), una visibilidad única para seguir “rompiendo” barreras, “techos de cristal”, y servir de inspiración, de motivación, para que otras mujeres no abandonen ni sus aspiraciones profesionales ni sus proyectos emprendedores.

En esta ocasión hablamos con Esther Rodríguez, cofundadora y CEO de MyStreetBook, proyecto referente en recomendación y personalización turística. Arquitecta de formación, desde 2010 Esther combinó el trabajo en grandes empresas de edificación, con su actividad como investigadora en la Universidad Politécnica de Madrid, desarrollando sistemas inteligentes para la edificación y coordinando propuestas europeas de I+D+i.

Siendo CEO de la empresa, ha profundizado en Smart Tourism Destinations, centrándose en la transformación digital en destino como respuesta a las necesidades de ciudadanos y turistas.

Tiene importantes reconocimientos como su nominación al Innovators Under 35 del Massachusetts Institute of Technology (MIT) y su selección en la lista Business Insider de 2019 de las “29 españolas menores de 35 años llamadas a revolucionar la tecnología, finanzas y política”, y en el informe de El Referente “75 mujeres emprendedoras de referencia en España 2020”.

¿Qué relación tienes con el mundo del emprendimiento? ¿En qué momento decides convertirte en emprendedora?

Soy arquitecta, y es una profesión con larga tradición de ejercicio liberal, así que imagino que de una manera u otra siempre tuve presente la independencia profesional.

Esta profesión lleva asociada también una buena dosis de exploración y creatividad, por lo que desde la Facultad empecé a crear proyectos e ideas que pudiera desarrollar a través de la tecnología, y fueron precisamente algunos de estos proyectos los que me llevaron directamente a mis primeros trabajos tanto en empresas de edificación como a ser investigadora dentro de la universidad.

La combinación de ambos perfiles a la vez (universidad y empresa) me hizo aprender a desarrollar una visión híbrida para llevar investigaciones al mercado. En esta mezcla entre lo teórico y lo práctico entendí que lo mío era la innovación: la ‘i’ pequeña de la I+D+i.

Siempre he compaginado proyectos en paralelo, tanto cuando era estudiante como en los empleos que he tenido.

Así que era de esperar que uno de ellos me llevara a dar el salto. En 2016 decidí partir de una idea innovadora, la de MyStreetBook, para formar un proyecto real en el menor tiempo posible. Es ahí donde te das cuenta de que necesitas otro entorno distinto, cuando empiezas a crear desde cero con el objetivo siempre puesto en el resultado de una herramienta de utilidad al usuario final, y comercialmente viable.

MyStreetBook pasó de ser una idea para conectar los entornos urbanos con sus ciudadanos en el plano virtual, a convertirse en un proyecto más global, donde hemos creado una nueva forma de personalizar la experiencia del viajero o vecino, y adaptar los contenidos de forma inteligente para redescubrir lo interesante de nuestros territorios.

Por eso, el primer factor determinante fue identificar el nicho donde se enmarca el proyecto y ver la oportunidad muy claramente: una tecnología donde las emociones del usuario son parte principal de su desarrollo.

El segundo factor para apostar por MyStreetBook fue el reconocimiento externo que obtuvo ya como idea, pues cosechó financiación y premios; lo que supuso un impulso imprescindible para poder llevarlo a cabo.

¿Nos puedes explicar más acerca de tu último proyecto?

Mystreetbook es un sistema de inteligencia artificial aplicada al turismo que personaliza al detalle la experiencia del viajero para descubrir el destino, creando y recomendando rutas inteligentes en función de sus gustos y necesidades teniendo en cuenta, entre otros, variables como los horarios de apertura, el transporte, las tarifas o la accesibilidad.

Mystreetbook mejora las interacciones del turista, democratiza el acceso a los recursos culturales que un destino puede ofrecer y permite un uso responsable de los datos necesarios para la gestión de nuestros territorios de interés turístico.

Actualmente estamos centrados en aplicar esta tecnología, tanto al entorno rural y territorial como a grandes urbes.

La tecnología ha ido avanzando desde el 2019 que salió al mercado y hemos ido mejorando el sistema de cara a conceptos tan importantes como distribuir a los viajeros en función tanto de la afluencia como de aquellos recursos no tan visibles, crear planes intermunicipales (algo realmente ventajoso para comarcas, diputaciones o provincias) en donde el sistema recomienda no sólo lugares sino medios de transporte disponibles, o la atracción de nuevos perfiles de viajeros haciendo mucho hincapié en fomentar la diversidad, y con un sistema capaz de conectar a personas con recursos y destinos por afinidad de intereses.

Todo ello combinado con una potente plataforma de analítica y datos para la gestión inteligente de los recursos por parte de administraciones y gestores.

¿Cuáles son los principales retos que has afrontado como mujer emprendedora?

Como mujer emprendedora, y además en el ámbito tecnológico, lo primero que me di cuenta cuando entré en este mundo era en la poca cantidad de mujeres que había.

En las aceleradoras y encuentros con otros emprendedores del sector, había muy poca representación femenina, y casi siempre relacionada con otros sectores…

Esto es algo que está cambiando poco a poco. Convencer de la consistencia de un desarrollo tecnológico siendo mujer en determinados lugares, era más difícil. Se notaba que partías con algo de desventaja. Superar la barrera de la confianza fue el primer gran reto como mujer tecnológica y emprendedora.

A nivel de negocio, el principal reto fue pasar de una idea que empleaba desarrollos sin precedentes en su sector, a un proyecto empresarial viable. Tuvimos que encontrar equipos expertos con los que colaborar desde el inicio: centros de investigación, profesionales senior del sector, expertos en aceleración empresarial, etc. Construir una tecnología pionera capaz de crecer y adaptarse fue el reto inicial.

Destacaría también el reto formativo, relacionado por ejemplo con adquirir capacitaciones nuevas a gran velocidad en materia TIC. En general, el emprendimiento en materias STEM requiere un alto nivel de conocimiento, adaptación y constante actualización. Aquí hay otra barrera de género, hay muy pocas mujeres programadoras o ingenieras informáticas que podamos incorporar a nuestros equipos.

Por tu experiencia y vivencias personales, ¿has notado la existencia del «techo de cristal»?

En mi experiencia profesional sí he percibido algunas fronteras relacionadas con el género, y que varían en función del sector de actividad.

Durante la carrera apenas había notado el sesgo de género, ya que en arquitectura las alumnas éramos un 50% aproximadamente, sino algo más. Sí que se notaba en los profesores y catedráticos, pero una vez que pasé al entorno laboral, fue donde vi realmente un cambio radical.

Las ingenierías dedicadas a la edificación y los grupos de investigación en tecnología donde trabajaba eran entornos eminentemente masculinos y, aunque había mujeres, éramos muy pocas en porcentaje, por lo que podéis imaginar que las que llegaban a un puesto de responsabilidad eran realmente casos excepcionales.

En el mundo del emprendimiento tecnológico no mejoró mucho: pocas mujeres CEO de las startups.

Por eso, creo que he percibido cómo en determinados sectores sí que hay una frontera, que considero que viene de antes, seguramente de la etapa de la educación. En determinadas carreras profesionales, las STEM, el porcentaje de mujeres es aún muy inferior al de los hombres (solo el 13% de estudiantes de carreras STEM en España son mujeres), y eso hace que desde la educación haya un gran sesgo que luego se incrementa en la etapa profesional, por motivos como la conciliación familiar, entre otros.

Esto significa que hay una parte de las mujeres que se forman en estas profesiones, pero que no consiguen puestos de responsabilidad por todos los sesgos sociales o culturales. Imagino que esto también es una forma del llamado techo de cristal.

Pero tengo que decir también que, a lo largo de mi carrera, he encontrado algunas mujeres en altos cargos de grandes empresas tecnológicas, directoras de aceleradoras de emprendimiento o como CEOs de empresas, y que todas ellas han sido referentes en mi carrera profesional, por su actitud, profesionalidad, entendimiento y capacidad de resolver problemas.

¿Qué consejos le darías a esas mujeres que se están planteando emprender para que se decidan a desarrollar sus propios proyectos?

Para mi emprender está muy relacionado con crear nuevos proyectos, ideas, productos, tecnologías, etc. Lo primero es que estén seguras de que lo que vayan a empezar sea algo que les apasione, algo por lo que aguantar y resistir muchos envites. Que tengan sus objetivos claros, para no desviarse del camino.

No desistir es fundamental, que encuentren las herramientas necesarias que les den la capacidad de no retirarse en las primeras etapas, porque habrá muchos impedimentos de todo tipo por el camino: familiares, económicos, sociales, etc.

En España y en el emprendimiento femenino se necesita especialmente esta capacidad, al igual que necesitarán comunicarse y crear redes profesionales, crecer en su formación y ser capaces de adaptarse a todas las circunstancias.

A lo largo de tu carrera profesional, has conseguido grandes logros, ¿De cuál/cuáles estás más orgullosa?

Estoy realmente orgullosa de la tecnología que hemos creado en MYSTREETBOOK, donde fomentamos la diversidad, la sostenibilidad, la movilidad inteligente y, sobre todo ahora, estamos trabajando mucho para el mundo rural, haciendo posible la digitalización de territorios y municipios pequeños, conectando los unos a los otros, para así fomentar la visibilidad en red.

Para mí, es realmente un logro el trabajo que nuestro equipo ha hecho para entender las particularidades del mundo rural y adaptar las soluciones tecnológicas a estos entornos.

A través de mucho estudio, identificamos motores de tracción, flujos de movimiento, digitalizamos todas las variables posibles, los comercios, la artesanía, los valores locales etnográficos… todo para poder conectar con unos usuarios cada vez más diversos y que así nuestro motor de recomendación personalizada, que está en constante actualización, pueda conectar esos lugares con personas y que cada uno pueda vivir una experiencia en función de sus preferencias.

Llevar viajeros de la ciudad al campo está siendo uno de nuestros principales cometidos con la tecnología de MyStreetBook, por lo que trabajamos para mejorar las dinámicas internas y que cada vez el sistema de inteligencia artificial aprenda más para dar mejores resultados.

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