Este es un contenido elaborado por Anna Jiménez (Women in eTravel) Enric López C. (CETT-UB) y Laura Rampérez (Inturea).
Continuamos con esta serie de entrevistas que realizamos a mujeres del sector travel tech y emprendedor, principalmente, que creemos que pueden aportar, además de su experiencia (de incalculable valor), una visibilidad única para seguir “rompiendo” barreras, “techos de cristal”, y servir de inspiración, de motivación, para que otras mujeres no abandonen ni sus aspiraciones profesionales ni sus proyectos emprendedores.
En esta ocasión hablamos con Ana Monje, CEO y cofundadora de TuriSCool, Escuela de Negocios Turísticos que mejora las habilidades de los profesionales del sector, y con una trayectoria personal y personal ligada totalmente al emprendimiento.
Ana nos confiesa que “quienes han trabajado conmigo dicen que soy alegre, divertida, pasional, con gran capacidad de trabajo, con habilidades comunicativas y empáticas y con el foco siempre puesto en los objetivos y los resultados”.
¿Qué relación tienes con el mundo del emprendimiento? ¿En qué momento decides convertirte en emprendedora?
Yo con el emprendimiento tengo relación desde que tengo uso de razón prácticamente. Por un lado, por la parte de mi padre, al que vi desde muy niña pasar de trabajar para una empresa a montar su propio negocio.
Y, por otro lado, por la parte de mi madre que ha trabajado mucho como autónoma y lo sigue haciendo a través de sus formaciones y su consulta cómo terapeuta y consteladora familiar.
De hecho, cuando alguna vez me han preguntado quienes son tus referentes siempre digo que son mis padres.
Gracias a ellos cuento con muchas herramientas y habilidades, que podríamos decir que son casi innatas, que me ayudan a afrontar los retos que van apareciendo por mi camino.
Recuerdo que, estudiando bachillerato con 16 años, estando en el comedor con mi madre, le comenté que de mayor quería ser empresaria y formadora. Creo que fue ahí cuando realmente verbalicé mis objetivos profesionales.
Y recuerdo, incluso, que lo razoné. Quería ser empresaria porque podría llevar a la realidad ideas propias, y formadora para compartir todo lo que aprendiese en mis experimentos empresariales, y seguir aprendiendo.
Aunque también quería ser profesora, porque eso me daría la base económica para vivir, y cubrir mis necesidades básicas.
Fíjate que ya vislumbraba yo por aquel entonces que me iba a costar conseguir esa estabilidad económica desarrollando mis propias ideas de negocio.
¡Ojo! Que no digo que no se pueda conseguir, porque afortunadamente mis propias ideas me permiten vivir a mí y a más personas que son los miembros de los equipos. Pero está claro que los resultados no son inmediatos. Hay que pelearlos y bien peleados.
Como resumen de mi trayectoria emprendedora, te comento:
mi primera experiencia fue en el mundo de la animación como payasa en BBC (Bodas, bautizos, comuniones y cumpleaños).
Esto duró desde el instituto hasta la universidad. Aprendí muchísimo sobre experiencia de cliente, cobros, pagos, comercial, negociación con proveedores, acuerdos con empresas de animaciones.
Sin darme cuenta me había introducido en el mundo de la empresa, una experiencia que ha marcado mi trayectoria profesional.
En mi último año de carrera (periodismo), con 24 años, co-fundé Feel the City Tours junto a Jesús Romero. Empresa en la que me he desarrollado como emprendedora en todos los sentidos de una manera consciente.
He aprendido desde la práctica sobre estrategia empresarial, liderazgo, gestión del talento, formación continua al equipo, creación y seguimientos de presupuestos, up-selling y cross-selling, negociación y financiación bancaria, forecast, pricing, propuesta de valor e innovación… Feel the City nos ha dado la oportunidad de aprender muchísimo sobre la gestión empresarial, los equipos y la inversión.
En 2017 cofundé Cadihost junto con Jesús Romero también, una empresa dedicada a la gestión de viviendas turísticas en la costa de Andalucía. Iniciándose así en la gestión de apartamentos turísticos.
¿Nos puedes explicar más acerca de tu último proyecto?
Ahora estoy trabajando en un proyecto que me tiene totalmente enganchada porque se materializan esos dos objetivos que tenía de niña: emprender y formar.
Estoy en un momento “WoooW” total de mi carrera profesional. Este proyecto se llama TuriSCool, la Escuela de Negocios Turísticos que mejoran las habilidades de los profesionales del sector.
O como a mí me gusta denominarlo, un espacio creado para que los profesionales de la industria turística nos encontremos para ayudarnos a ser mejores y crecer profesionalmente.
En la actualidad nuestra escuela cuenta con varios programas de alta formación en dirección Hotelera, revenue management o Excel especialidado en gestión hotelera, una herramienta más que necesaria en el día a día de un establecimiento turístico.
Pero también contamos con cursos y talleres intensivos de menos horas sobre Liderazgo, Atracción de talento, Marca personal, Forecasting, Distribución, Marketing Digital, entre otros.
Aunque lo mejor de todo es nuestra comunidad, autodenominada los TuriSCoolers. Profesionales de más de 12 países distintos que se ayudan, se apoyan, cooperan entre ellos e incluso se llegan a dar contrataciones.
La verdad es que es brutal lo que se ha creado y estamos felices por ello.
Estamos creciendo mucho y pivotando, como buenas startups, en nuestro modelo de negocio, con un foco puesto en el B2B para ayudar a que las empresas formen a sus empleados en habilidades y competencias necesarias para ser competitivos en el sector a través de cursos de Liderazgo, F&B, gestión del talento, Estrategia, Innovación, Customer centricity, etc.
Más de 300 horas formativas para de verdad acompañar a los profesionales y a las empresas en su crecimiento.
Se nos llena la boca de hablar de cultura de cliente interno, de que esto es un negocio de personas para personas… Así que aquí estamos con TuriSCool, para mejorar no solo la experiencia de nuestros clientes sino también de nuestros empleados, que son los anfitriones de las empresas turísticas.
¿Cuáles son los principales retos que has afrontado como mujer emprendedora?
Uno de los primeros retos a los que te enfrentas como emprendedora es delegar. Pero esto no es como mujer; esto es universal creo yo. ¡Qué fácil es decirlo, pero que difícil es hacerlo!
Cuando estás sola o con tu socio, como fue mi caso, haces de todo. Pero cuando llega el momento de contratar a personas y empiezas a delegar funciones es complicado. Tienes que aprender a confiar y entender que esa persona no solo hará bien sus tareas y funciones y cumplirá sus objetivos, sino que posiblemente lo hará mejor que tú.
En este sentido, te quitas la capa de “súperwoman”, haces una cura de humildad y das paso al nuevo talento que te va a acompañar en el camino. Y aunque al principio cuesta, acabas pillándole el rollo y te das cuenta que esa es la manera en la que consigue hacer crecer a la compañía.
Llegados a este punto, como gestora, ya no te toca tanto ejecutar, sino hacer seguimiento al equipo y mirar hacia delante para marcar el ritmo y el rumbo.
Otro reto ha sido el tener que ponerme en mi lugar cuando se ha dado una situación en la que no se me reconocía como tal. Y esto me ha costado bastante, siempre lo dejaba pasar. Por ejemplo, mi socio es mi pareja también y padre de mis hijos. No han sido pocas las veces en las que se han referido a mí como su empleada o secretaria, o me han presentado en una reunión profesional como “la mujer de…”.
O también otro caso, yo empecé muy joven como emprendedora, y en mi equipo contaba con personas mayores que yo en 15 y 20 años. Pues resulta, que iba a reuniones con algunos de ellos, hombres, y a mí ni siquiera me miraban, dando por hecho que yo era la “apuntadora” o algo así. Todas estas situaciones al principio las dejaba pasar, pero ya no.
Por respeto a mí misma, y al de tantas mujeres que sufrimos este tipo de desplantes a diario. Siempre me digo, si soy capaz de cambiar la perspectiva de alguna persona por el hecho de “ponerme en mi lugar”, habrá merecido la pena.
Otro de los grandes retos a los que me he enfrentado es encontrar un equilibrio entre la maternidad y el emprendimiento. Y me explico. Cuando nació mi primer hijo, estábamos en plena expansión en la compañía a nivel nacional.
Su nacimiento fue todo un boom de emociones difíciles de gestionar, porque por un lado me encontraba en un momentazo profesional, pero, por otro, había nacido mi primer hijo, otro momentazo personal de la hostia. Así que ¡imagínate!: una amalgama de emociones y sentimientos totalmente contradictorios.
Tuve muchos miedos e incertidumbre. Que esto entra dentro de la normalidad, como madre primeriza. Por otro lado, me sentía culpable por no llegar a todo en el curro (porque yo seguía currando desde casa, pasadas las tres primeras semanas del postparto).
Además, me sentía fatal porque no me tomaba todo el tiempo necesario para disfrutar de mi bebé con todos mis sentidos, ni tampoco para cuidarme a mí misma.
Al final no disfrutaba ni en un plano de mi vida ni en otro. Fueron meses de lucha interna entre lo personal y lo profesional.
Afortunadamente, suelo ser una mujer que aprende de sus errores y con mi segunda hija sí que me tomé el tiempo necesario para disfrutar de ella, sin presiones ni autoexigencias.
De modo que cuando volví a trabajar, también lo hice sin presiones, recuperada, con las pilas cargadas y, sobre todo, con la conciencia tranquila de que no dejas de ser una gran profesional por ser madre y dedicarte durante un tiempo a cuidar de tus hijos.
Por tu experiencia y vivencias personales, ¿has notado la existencia del «techo de cristal»?
Claro que sí lo he notado. Y en los retos que os comentaba antes que he tenido que sortear como mujer emprendedora, creo que encontramos algún ejemplo de ello.
No es algo subjetivo, lo avalan los datos. Los puestos de alta dirección siguen estando ocupados en su mayoría por hombres. En nuestro sector, la industria turística, o también en el de la moda, por ejemplo, donde somos más mujeres que hombres trabajando, los datos aún son más preocupante.
Según el informe Techo de Cristal en el sector turismo,“las mujeres representan el 57% del empleo en turismo. No obstante, únicamente ocupan el 33% de los cargos de alta responsabilidad o el 13% de la dirección de hoteles de 5 estrellas. Por otro lado, solo hay un 5% de directoras de cadenas hoteleras y un reducido 3% de los CEO de dichas cadenas».
Las causas de que eso ocurra son muchas y complejas. Tenemos que romper muchas barreras mentales y se necesita que tanto mujeres como hombres estén dispuestas a erradicarlas.
Desde mi punto de vista, la principal causa de todo no es algo exclusivo de las empresas y de su cultura empresarial, sino que esto es consecuencia de la sociedad patriarcal en la que vivimos. No estoy descubriendo la panacea y mientras no vayamos a la raíz del asunto difícilmente podremos construir una sociedad más equitativa.
Es un reto grande e ilusionante el que tenemos por delante como sociedad. Y soy optimista. Se están dando pasos hacia delante. En el plano laboral y profesional, cada vez somos más mujeres las que apostamos por nuestras carreras profesionales sin renunciar a la calidad de nuestra vida privada, cada vez son más las empresas que crean un clima laboral con el foco puesto en la conciliación.
La baja por maternidad y paternidad ya se ha igualado, y esto va a influir en la igualdad de oportunidades. En el plano privado, cada vez más hombres son corresponsables de los cuidados del hogar y de los hijos, lo cual libera a las mujeres de tener que hacer doble jornada laboral (la de su trabajo y la de su casa). En fin, estamos en el camino, sin pausa.
Y otra cosa importante, es que cada vez se le está dando más visibilidad desde los medios de comunicación a la mujer fuera del plano privado. Mujeres deportistas de élite, científicas, investigadoras, empresarias, directivas, ingenieras….
El impacto que esto genera en otras mujeres es brutal, porque nos proporciona autoridad como “expertas en…”, confianza en nosotras mismas y lo más importante, crea referentes sólidos tan necesarios para otras mujeres y sobre todo para las nuevas generaciones.
¿Qué consejos le darías a esas mujeres que se están planteando emprender para que se decidan a desarrollar sus propios proyectos?
Yo les diría que se lancen a desarrollar sus ideas siempre. “Contarán con mi arco” y con el de muchas mujeres que seguro que estarán dispuestas a ayudarlas.
Esto es como plantar un árbol. Aunque sea una vez en la vida, yo recomiendo a todo el mundo que viva la experiencia, porque es tan brutal y se aprende tanto que, aunque la idea o proyecto no llegue a buen puerto, siempre, siempre, habrá merecido el esfuerzo, el tiempo y el dinero invertido.
Según mi experiencia, y esto no tiene por qué servir a todo el mundo, yo recomiendo que antes de poner en marcha una idea, la validen. Por ejemplo, en TuriSCool vendimos 30 plazas en un máster online que aún no estaba creado. ¿Y esto para qué? Pues para no perder energía, tiempo y dinero en la producción de un proyecto que ni siquiera sabíamos si el mercado lo iba a recibir de buena gana.
Yo estaba segura de mi idea, pero… ¿y mis clientes, en este caso alumnos? ¿Estarían dispuestos a confiar en mi proyecto e invertir su dinero en la formación que yo les había planteado?
En el mundo startups, es lo que se llama crear un MVP o Producto Mínimo Viable para testar en tu mercado si te compran la idea o no. Os recomiendo el libro El método Lean Startup de Eric Ries, donde se explica cómo desarrollar una idea o proyecto paso a paso, no necesariamente tiene que ser un negocio.
Yo lo recomiendo encarecidamente porque con este método conseguimos identificar de una forma ágil y rápida qué es lo que funciona y lo que no, para pivotar rápido y cambiar aquello que sea necesario. De hecho, esta metodología no es solo para lanzamiento de nuevos negocios, sino que también sirve para lanzar nuevos productos y servicios.
También les diría que no se desanimen a la primera. El camino del emprendimiento es una montaña rusa de emociones, un día te comes el mundo, y al otro piensas que nada tiene sentido.
Un mes tienes unas ventas del copón y al mes siguiente no vendes nada, y piensas que todo se ha ido al garete. Ni lo uno ni lo otro, alíate con los miedos, tus inseguridades y con la incertidumbre, ábrete a posibles cambios que puedan darse en el entorno, experimenta, aprende de los errores, disfruta los logros y sé constante, muy constante porque no te va a llegar el éxito a la primera. Pero como dice el refrán “quien la sigue, la consigue”.
Y, por último, les diría que intenten tener un colchón económico antes de lanzarse. Que al menos dispongan de un fondo que cubra sus necesidades personales y/o familiares al menos un año y medio. Emprender no te hará rica de la noche a la mañana. Al menos no conozco a nadie a quien le haya pasado.
Contar con esta base económica te permitirá estar concentrada en el negocio, disfrutar de él, invertir tiempo y energía para desarrollarlo y aprender de él. Si vas a emprender encontrándote con falta de liquidez a nivel personal, no lo hagas, porque te comerá la preocupación y no le dedicarás el tiempo de calidad que el desarrollo del proyecto requiere.
A lo largo de tu carrera profesional, has conseguidos grandes logros, ¿De cuáles estás más orgullosa?
Me encanta esta pregunta, porque me hace mirar atrás y me llena de energía y fuerza para seguir adelante.
La verdad es que me siento muy orgullosa, tanto de mi socio como de mí misma, por seguir haciendo magia. Por llevar más de 10 años desarrollando nuestras propias ideas y viviendo de ellas. Y no solo nosotros, sino todos los miembros de los diferentes equipos que nos han acompañado todos estos años como emprendedores.
Otra de los logros que más satisfacción me produce, es el haber hecho felices a cientos y cientos de miles de viajeros y viajeras que han realizado alguna actividad turística con Feel the City Tours. Desde aquí quiero agradecer a todos nuestros clientes y colaboradores por darnos la oportunidad de mostrar los destinos donde operamos de manera auténtica, like a local, para vivir una experiencia inolvidable.
Para finalizar, no puedo dejar de mencionar un último logro, del que me siento especialmente orgullosa, que es la comunidad de profesionales de la industria turística que hemos creado en torno a TuriSCool.
Aunque más que una comunidad es una gran familia. Personas con una calidad humana espectacular que desarrollan sus funciones como directoras, propietarias, recepcionistas, personal de housekeeping, revenue manager, marketer, camareras, cocineras…
Hombres y mujeres del sector turístico, con unos perfiles profesionales impresionantes, que nos ayudamos, que aprendemos juntos, que cooperamos entre nosotros e, incluso donde se potencian las contrataciones. ¡Es brutal lo que se ha generado! Como decimos en la escuela #WeAreTuriSCoolers.