La industria hotelera ha evolucionado a lo largo del tiempo, ofreciendo diferentes categorías como lujo, alto nivel, intermedio y económico. Sin embargo, la irrupción de Airbnb en la industria ha despertado dudas sobre si la plataforma de alquiler de alojamientos privados tiene el potencial de reemplazar los hoteles tradicionales. A pesar de su popularidad, Airbnb aún no ha podido sustituir a los hoteles por diversas razones.

Los hoteles tienen costos fijos y variables altos, por lo que deben lograr un volumen constante para mantener el flujo de nuevos huéspedes. Para aumentar el valor promedio de la cuenta del huésped sin que el precio de la habitación sea muy elevado, ofrecen amenidades como spa, piscina, desayuno y valet. En cambio, Airbnb tiene un modelo de negocio «asset-light» que permite que cualquier persona ofrezca su propiedad para alojamiento sin tener que construir nuevos edificios.

La plataforma de Airbnb permite a los anfitriones agregar o quitar listados según la demanda, lo que les brinda flexibilidad y reduce los costos. En cambio, la industria hotelera debe validar la demanda antes de que se construyan nuevos hoteles y la oferta de habitaciones de hotel está limitada por las ordenanzas de zonificación. Aunque no hay límites en la cantidad de listados en Airbnb, hay límites en la cantidad de hoteles que pueden existir en una determinada área.

Airbnb ha logrado ventaja competitiva debido a su modelo de negocio de plataforma, pero los hoteles han estado operando por muchos años y brindando consistencia y mejores servicios en persona a los clientes. Los hoteles tienen la capacidad de ofrecer una experiencia de estancia completa con servicios adicionales y la comodidad de que los costos de limpieza y otros se incluyen en el precio de la habitación.

En conclusión, aunque Airbnb es un actor importante en la industria de la hospitalidad, no ha podido reemplazar a los hoteles tradicionales debido a las ventajas que estos tienen en cuanto a sus costos y servicios. Mientras que los hoteles tienen altos costos fijos y variables, lo que les permite operar en economías de escala, Airbnb se beneficia de su modelo «asset-light» que le permite expandirse rápidamente. Ambas opciones tienen diferentes modelos de negocio y ofrecen diferentes propuestas de valor a los viajeros.