En un mundo cada vez más digital, las redes sociales están transformando la forma en que las personas compran y consumen productos. En particular, el concepto de «social selling» ha ganado relevancia en sectores como la moda y la belleza. Pero, ¿qué pasa con el turismo? Con un mercado de viajes que mueve billones de dólares anualmente, muchos se preguntan si las experiencias de viaje podrían convertirse en el próximo gran éxito del comercio social.
Una reciente alianza entre TikTok y Klook marca un paso importante en esta dirección. Ambas empresas han integrado la capacidad de reserva directa en la plataforma de TikTok a través del programa de influencers «Kreator». Esta colaboración permitirá a los viajeros no solo inspirarse a través de los creadores de contenido, sino también reservar sus experiencias de viaje sin salir de la app.
Este tipo de venta directa a través de influencers no es tan descabellado si consideramos que el 84% de los adultos en Estados Unidos confía en las recomendaciones de influencers al planificar sus viajes. Sin embargo, a diferencia de productos como ropa o maquillaje, vender viajes presenta más desafíos debido a la naturaleza compleja del producto: múltiples variables, disponibilidad limitada y precios fluctuantes.
Las experiencias: el ajuste perfecto para el comercio social
Aunque aerolíneas y hoteles han aprovechado las redes sociales para aumentar su visibilidad, aún no han capitalizado plenamente el potencial de las ventas directas. Esto podría deberse a que la mayoría del contenido inspirador en línea es compartido mientras los viajeros ya están en destino. Con más del 50% de las experiencias reservadas mientras se está en el lugar, las actividades y atracciones turísticas parecen estar mejor posicionadas para dominar el comercio social.
Hay varios factores que hacen que las experiencias sean una categoría ideal para las ventas a través de redes sociales. En primer lugar, el precio es más accesible, lo que reduce la aprensión del consumidor ante la compra de grandes transacciones por estas plataformas. Además, la naturaleza de las experiencias es altamente visual y apta para contenido breve y viral, lo que encaja perfectamente con la dinámica de las redes sociales. Finalmente, los procesos de reserva suelen ser más sencillos y requieren menos información que otros productos de viaje, como boletos de avión.
Desafíos a superar para escalar las ventas de experiencias en plataformas sociales
Aunque vender bienes de consumo en TikTok es relativamente sencillo, la venta de experiencias turísticas enfrenta obstáculos. La gestión dinámica del inventario, la fragmentación de los sistemas de reservas y la complejidad de algunas actividades requieren soluciones más sofisticadas. Los sistemas de reserva para experiencias a menudo son variados y complejos, lo que dificulta la creación de una plataforma unificada que permita la compra directa y sin fricciones, como ocurre con productos físicos.
Por otro lado, algunas actividades turísticas, como tours o deportes de aventura, requieren seguros, licencias y cumplimiento de normativas, lo que añade más complejidad al proceso de venta. Además, la atención al cliente es un área crítica en el turismo, y la resolución de problemas suele estar en manos de operadores locales que pueden no tener la infraestructura necesaria para gestionar un gran volumen de reservas a través de redes sociales.
¿Quiénes serán los ganadores y perdedores?
El verdadero potencial de las ventas de experiencias turísticas a través de plataformas sociales radica en la capacidad de convertir el contenido generado por millones de personas en una fuente de ingresos. Es probable que el ganador no sea una marca de consumo ya establecida, sino una plataforma intermediaria que simplifique las ineficiencias del lado de la oferta y elimine las barreras en las reservas online.
Plataformas como Shopify han demostrado cómo empoderar a pequeñas y medianas empresas para resolver complejidades operativas. Un enfoque similar podría transformar el comercio de viajes online, especialmente en el ámbito de las experiencias en destino, un mercado valorado en unos 300 mil millones de dólares al año.
Conclusión: un futuro prometedor pero lleno de retos
El potencial del comercio social en el sector de viajes es enorme, pero no está exento de retos. Las experiencias turísticas parecen estar mejor posicionadas para liderar esta revolución en las ventas a través de redes sociales, pero se necesitarán soluciones tecnológicas que eliminen la complejidad de los procesos de reserva y mejoren la atención al cliente. Si bien la venta de viajes es más compleja que la de productos físicos, la industria tiene la oportunidad de aprovechar la enorme audiencia de las redes sociales para hacer del comercio social una realidad en el sector turístico.
En definitiva, aunque los influencers ya están vendiendo experiencias de viaje, el camino para que este modelo se convierta en una norma a gran escala aún presenta desafíos técnicos y logísticos. Sin embargo, con el mercado de experiencias en juego y la creciente integración de tecnologías de compra directa en plataformas sociales, es solo cuestión de tiempo para que veamos una verdadera transformación en cómo los consumidores compran sus viajes.
Información original en PhocusWire.