En un mundo donde la sostenibilidad es más que una tendencia pasajera, Costa Rica se erige como un faro en la búsqueda de un equilibrio entre el turismo y el ambiente. Este pequeño país, conocido por su biodiversidad y su compromiso con la conservación, está viendo cómo algunos de sus hoteles más emblemáticos están adoptando prácticas que van más allá de lo superficial. Estos espacios de alojamiento han entendido que su papel en la protección del entorno y el desarrollo social es fundamental, no solo para su propia operación, sino para el bienestar de las comunidades que los rodean.
La creciente conciencia sobre el impacto del turismo en el planeta ha llevado a estos establecimientos a implementar iniciativas innovadoras que buscan mitigar su huella ecológica. En lugar de limitarse a ofrecer confort, están integrando la sostenibilidad en cada aspecto de su funcionamiento, desde la reducción de desechos hasta la promoción del bienestar social. Así, los hoteles no solo son lugares de descanso, sino también agentes de cambio que demuestran que el verdadero sentido de la hospitalidad incluye un profundo respeto por el entorno natural y las comunidades locales.
Ejemplo de ellos son las propiedades Costa Rica Marriott Hacienda Belén, Residence Inn San José Escazú y Courtyard by Marriott San José Escazú, quienes ejecutan robustos planes para la optimización de recursos, reducción de desperdicios, compensación de la huella de carbono y jornadas de voluntariado orientadas a favorecer tanto al entorno como a personas de las comunidades vecinas.
Alineado a ello, Costa Rica Marriott Hacienda Belén instaló una micro red eléctrica con 450 paneles solares, los cuales evitan la emisión de más de 20 toneladas de Carbono anualmente al tiempo que genera ahorros en electricidad y aumenta la resiliencia ante cualquier fallo en el flujo eléctrico. El hotel también ha adoptado medidas de cara a los clientes, permitiéndoles ser parte del cambio. La eliminación del plástico de un solo uso, sustituyendo las botellas de este material en habitaciones por alternativas de vidrio, las cuales se pueden rellenar en las estaciones de agua disponible en las áreas públicas de la propiedad; el giro de su tienda de regalos Autentika para convertirla en un punto de encuentro de productos locales fabricados por pequeños artesanos en la que además es posible encontrar chocolate, café, miel y muchas otras delicias 100% costarricenses, y el programa de redención de café por donar tapas plásticas, que se utilizan en la fabricación de rampas retráctiles para que personas con discapacidad accedan al mar, son muestra de ello.
Por su parte, Courtyard by Marriott San José Escazú y Residence Inn San José Escazú iniciaron el proyecto “hoteles para polinizadores” con la instalación de las primeras colmenas en los jardines. Con esta iniciativa se pretende concientizar la importancia de las abejas para la vida.
Además, Courtyard by Marriott San José Escazú este año inició la huerta Pizotes a partir de la cual pretenden producir ingredientes frescos para platillos y bebidas. Mientras que Residence Inn San José Escazú lanzó el programa Cleta para Todos, brindando bicicletas que sus huéspedes pueden utilizar durante la estadía.
Eventos con impacto
Estos hoteles no solo se centran en la sostenibilidad en su día a día, sino que también ofrecen espacios excepcionales para eventos que reflejan este compromiso. El Costa Rica Marriott Hacienda Belén es un referente en la celebración de eventos sostenibles, permitiendo a los organizadores gestionar y certificar la huella de carbono de sus reuniones. Con una oferta gastronómica que prioriza productos locales, cada evento aquí se convierte en una celebración de la cultura y el entorno costarricense. Este hotel cuenta con 11 salones de eventos que suman un total de 1.406 metros cuadrados, con capacidad para hasta 1.000 personas, y 15 salas para reuniones informales.
El Residence Inn San José Escazú, con su atmósfera acogedora, es perfecto para reuniones más pequeñas. Aquí, cada detalle se cuida para garantizar que los eventos no solo sean memorables, sino también responsables.
Mientras tanto, el Courtyard San José Escazú ofrece un espacio versátil que puede adaptarse a diversas necesidades, asegurando que cada evento no solo cumpla con las expectativas de los organizadores, sino que también se alinee con los principios de sostenibilidad. También cuenta con un espacio versátil para eventos, una terraza llamada Bambú, ideal para celebraciones al aire libre que respetan el entorno.
A medida que el mundo se enfrenta a desafíos ambientales sin precedentes, es reconfortante ver que en Costa Rica el turismo sostenible no es solo una tendencia, sino un compromiso genuino. Estos tres hoteles demuestran que es posible combinar la hospitalidad con la responsabilidad ambiental, creando un legado de respeto y cuidado hacia el planeta.