Aunque Airbnb afirma haber empleado dos años en el desarrollo de su nueva plataforma, «Trips», su lanzamiento y su expansión hacia la reserva de tours y actividades no fue la mayor sorpresa del mundo. Si acaso, un movimiento más o menos previsible para una compañía que necesita crecer más allá del alojamiento.
Hasta ahora, Airbnb ha sumado enemigos y rivales en la industria hotelera y en las administraciones locales que, con mayor o menor velocidad, con mayor o menor beligerancia, han resuelto de forma individual la cuestión con diferentes regulaciones y multas. La más reciente, una multa de 600.000 euros que, por supuesto, Airbnb lamenta y planea recurrir.
HomeAway, propiedad de Expedia, ha sufrido la misma multa. Precisamente Expedia podría convertirse en un nuevo rival para Airbnb si, tal y como la compañía ha dejado caer en los días posteriores al lanzamiento de Trips, termina por incluir la posibilidad de reservar vuelos a través de su plataforma. Y esto sí es más sorprendente.
Para los usuarios que prefieren planificar todo el viaje desde un único sitio, y que ya son clientes fidelizados de Airbnb, la posibilidad de reservar vuelos sin salir de su web o de su app restaría clientes a otras compañías que ya ofrecen vuelos, como es el caso de Expedia.
Una supermarca de viajes
Airbnb no será «sencillamente» una plataforma para compartir alojamientos, sus ambiciones van más allá. Más pronto que tarde, se convertirá en una «súper agencia de viajes» donde el usuario podrá cerrar todo el ciclo de compra, desde la reserva del alojamiento al desplazamiento, pasando por actividades promocionadas por locales en la app de Airbnb.
Sin embargo, este no es el tipo de mensaje que Airbnb quiere trasladar en sus apariciones públicas. «No queremos ser la marca de viajes más grande del mundo, pero sí la más querida», afirmó su portavoz Chip Conley durante la última conferencia de Phocuswright celebrada en Los Ángeles. «Queremos ayudar a formar una comunidad. Respetamos a compañías como Hilton o Booking.com, seguramente son capaces de organizar una conferencia, pero no un festival, no son capaces de generar una comunidad apasionada».
En la misma conferencia, Conley aseguró que «Airbnb no quiere ser un negocio transaccional. La mayoría de las OTAs son negocios transaccionales. Queremos ser un negocio de transformación porque los márgenes son mejores, pero no sólo porque los márgenes sean mejores sino porque realmente queremos transformar la vida de las personas».
Un mensaje cargado de buenas intenciones, sin duda, pero si algo ha conseguido Airbnb es poner de acuerdo a toda la industria turística sobre su importancia en el futuro del sector y la amenaza que supone para muy diversos modelos de negocio: hoteles, agencias de viaje, apps de recomendaciones, plataformas de reservas de restaurantes y grandes OTAs. Todos tienen motivos para sentirse amenazados por el imparable desarrollo de Airbnb, y su humilde ambición de ser la mayor marca de viajes del mundo.
Juan Daniel Núñez es editor de SmartTravelNews, el primer medio online en español especializado en innovación y tecnología para el sector turístico y de los viajes.