Airbnb podría evitar reglamentaciones más estrictas en Europa si finalmente logra la consideración de «proveedor de servicios digitales».

Esta descripción ha sido defendida ahora por un asesor del Tribunal de Justicia de la Unión Europea, Maciej Szpunar.

Szpunar, uno de los abogados generales del TJCE, considera que Airbnb debería describirse como un servicio de la sociedad de la información, un estatuto que conlleva el derecho a operar libremente en toda la unión.

Szpunar ha rechazado así las reclamaciones de una asociación francesa de turismo, que pide que Airbnb haga frente a las mismas obligaciones contables, de seguros y financieras que los proveedores tradicionales de bienes inmuebles.

Airbnb sostiene que sus actividades comerciales, que consisten en poner en contacto a propietarios con personas que buscan alojamiento, no pueden considerarse como gestión de bienes inmuebles.

La opinión no es vinculante, aunque el tribunal sigue el consejo de sus abogados generales en el 80% de los casos.

Airbnb ha acogido con satisfacción el dictamen, como es lógico, ya que ofrece «una visión clara de las normas aplicables».

En realidad es un alivio para Airbnb, que ha estado luchando contra las reivindicaciones de ciudades de todo el mundo como París, Ámsterdam y Barcelona, destinos que lamentan que sus servicios están cambiando la forma de los barrios y necesitan ser regulados de forma más estricta.

Francia es el mayor mercado de Airbnb después de Estados Unidos, y París es su mayor mercado urbano, con cerca de 65.000 alojamientos anunciados. 

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