A finales de la semana pasada, Airbnb recibió una nueva inyección de capital. Concretamente, 494 millones de euros que provienen de Google Capital y Technology Crossover Ventures. Esto demuestra que, pese a la situación legal de la compañía, cada vez más complicada en algunos de sus destinos clave como Nueva York, San Francisco o Berlín, se mantiene como una de la compañías más jugosas para los grandes inversores.
Desde que la compañía comenzó a ser relevante, se ha considerado que su modelo de negocio afectaba directamente a la hotelería tradicional. En España, la patronal hotelera ha considerado que Airbnb fomenta la economía sumergida al mismo tiempo que vulnera todas las normativas y exigencias de seguridad e higiene que los hoteles sí deben cumplir.
En el caso español, el impacto de Airbnb no se ha dejado notar en los niveles de ocupación de los hoteles, que vuelven progresivamente a los niveles de antes de la crisis apoyados en un nuevo récord de visitantes extranjeros a nuestro país, que podría situarse en los 75 millones de viajeros ese año.
En cualquier caso, un análisis publicado por Seeking Alpha considera que Airbnb puede ser también una importante amenaza para las agencias online. El artículo toma como referencia la posición de Priceline, líder en reservas online a nivel mundial y poseedora de marcas como Booking.com o Kayak.
Las reservas online suponen ya un 57 por ciento del total de las reservas de viajes. Solamente Priceline fue responsable en 2015 de 432.300 noches de hotel y se espera que en 2016 esa cifra aumente en un 25 por ciento nada menos, es decir, cerca de 540 noches de hotel, lo que supondrá para Priceline un crecimiento en sus beneficios del 15,4 por ciento en 2017.
Airbnb, por su parte, reservó 39 millones de noches de alojamiento en 2015. Serán 79 millones en 2016 y 120 millones en 2017. Es decir, el crecimiento de Airbnb supondrá un 49,4 por ciento del crecimiento de Priceline en 2017.
La tendencia hacia un mayor número de reservas online beneficia claramente a las OTAs, que aún mantienen un importante margen de adquisición de cuota de mercado en los viajes, pero el análisis apunta que es crecimiento podría verse mermado, incluso claramente afectado, por el crecimiento paralelo de Airbnb, del mismo modo que ha sucedido con Uber en el sector del transporte, y que los efectos podrían notarse en un periodo de entre uno y tres años.