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Auxi Piñero, VanWoow: ‘La actitud positiva tiene que venir de serie en los emprendedores’

Auxi Piñero, VanWoow: ‘La actitud positiva tiene que venir de serie en los emprendedores’

Sin duda, el emprendimiento y la tecnología en el sector travel se han asociado habitualmente a perfiles masculinos. Pero, afortunadamente, el sector travel ha sido siempre un sistema abierto a talento, proyectos, carreras profesionales, emprendimiento, en femenino.

Esta serie de entrevistas que realizamos a mujeres del sector travel tech y emprendedor, principalmente, creemos que pueden aportar, además de su experiencia (de incalculable valor), una visibilidad única para seguir “rompiendo” barreras, “techos de cristal”, y servir de inspiración, de motivación, para que otras mujeres no abandonen ni sus aspiraciones profesionales ni sus proyectos emprendedores.

En esta ocasión hablamos con Auxi Piñero, quien, con una sólida formación y trayectoria profesional en el ámbito turístico y del marketing digital, es cofundadora y CEO de VanWoow, proyecto que pone en valor el potencial turístico de pequeños pueblos rurales que se encuentran en riesgo de desaparecer, y que ha recibido, en su corta y exitosa historia, grandes premios, como el de proyectos emprendedores de CETT Fundació, el de Emprendedora Rural CESCE, y el de la OMT en su competición de turismo rural en España.

¿Qué relación tienes con el mundo del emprendimiento? ¿En qué momento decides convertirte en emprendedora?

En mi caso, el emprendimiento surgió de forma espontánea. Hace años que practicaba turismo caravaning con mi camper gran volumen. Viajaba cada vez que podía por carreteras secundarias de aquellas que llegan a pequeños pueblos que tienen mucho potencial, pero que no se encuentran en ningún recorrido turístico tradicional.

Después de conocer la realidad de la despoblación y sus emprendedores rurales de cerca viajando por España durante 6 meses, no podía mirar hacia otro lado.

Tenía delante de mí un problema social importante, la despoblación. Y una oportunidad, un tipo de turismo que crecía año tras año, y al que nadie le había dado la importancia que se merecía. Pero que, al mismo tiempo, tenía la capacidad de llegar a los rincones más recónditos de nuestra geografía y practicar un turismo slow.

Era natural crear un proyecto donde viajeros caravaning, pueblos y emprendedores rurales tuvieran su punto de encuentro.

¿Nos puedes explicar más acerca de tu último proyecto?

El mundo rural ya no es sólo agrícola, ganadero o forestal tradicional. Es un espacio de iniciativas emprendedoras que pueden potenciar la riqueza natural, histórica y cultural de municipios que sufren despoblación, con muchos atractivos para el visitante, pero con escasa o nula infraestructura turística para acogerlos.

Vanwoow es una aplicación web app que pone en valor el potencial turístico de pequeños pueblos rurales que se encuentran en riesgo de desaparecer. Y lo hace a través del turismo caravaning.

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En la plataforma podemos encontrar experiencias que ofrecen nuestra red de anfitriones rurales para vivir solos, con nuestra pareja o familia. Pero también “quedadas” ofrecidas por varios anfitriones rurales de un pueblo para un mismo fin de semana.

Además, y siguiendo su objetivo de crear una comunidad colaborativa que conecte micropueblos y turismo caravaning, Vanwoow busca visibilizar lugares en los que vivir experiencias y pernoctas únicas en un mundo rural prácticamente inexplorado de la mano de sus rural host.

¿Cuáles son los principales retos que has afrontado como mujer emprendedora?

El mayor reto fue encontrar un equipo con el superpoder de la “actitud positiva”. Cuando lideras una startup te das cuenta de que sola no llegas a ninguna parte. Emprender es una montaña rusa de vivencias y experiencias, y hay días buenos y no tan buenos. Rodearse de las personas adecuadas con ese superpoder es maravilloso.

Siempre he pensado que las habilidades se pueden desarrollar y los conocimientos se pueden adquirir a base de mucho esfuerzo. Pero la actitud positiva… ¡tiene que venir “de serie” en los emprendedores!

Gracias a mi equipo con superpoderes estamos haciendo realidad un precioso proyecto, con un profundo objetivo social que tiene una amplia comunidad viajera y de pueblos participando activamente en estos momentos.

Por tu experiencia y vivencias personales, ¿has notado la existencia del «techo de cristal»?

En mi trayectoria, he tenido la suerte de formar parte de empresas que me han permitido crecer profesionalmente. También es cierto que la más mínima evidencia de desigualdad, dificultad o desventaja, han hecho que mis alarmas se activaran para propiciar un cambio y buscar una mejor opción para desarrollarme personal y profesionalmente.

Ocupar mandos intermedios es relativamente fácil, pero cuando quieres dar el salto a un puesto de dirección, ves como tus opciones se ven mermadas.

En mi entorno he observado como ese “techo de cristal” afectaba a compañeras de profesión y departamento.

Comienzas a competir en desigualdad de condiciones. Factores como la edad, el sexo, reducciones de horario por maternidad, la movilidad geográfica o las cargas familiares, o todas ellas juntas, han sido elementos determinantes en un proceso de selección.

¿Qué consejos le darías a esas mujeres que se están planteando emprender para que se decidan a desarrollar sus propios proyectos?

Hace años trabajaba para una empresa donde alguien me dijo: “Auxi, no te pagamos por aportar nuevas ideas”. Aquel día supe que mi futuro estaría sujeto al emprendimiento. Necesitaba poder dar forma y vida a las ideas que pasaban por mi cabeza.

Estoy segura de que hay muchas mujeres con muy buenas ideas que ven limitadas sus capacidades. Culturalmente nos inculcan unas normas que nos dificultan apostar por nuestros sueños.

En el momento de emprender, aparece el miedo a perder y el miedo a que nos vean como “perdedoras”. Supongo que por ello buscamos una falsa sensación de seguridad, y nos vamos alejando de lo que realmente queremos y soñamos.

Es necesario quitarse el miedo al fracaso. No infravalorar nuestras capacidades y habilidades. Tampoco debemos poner límites a nuestra creatividad. Al final, en la vida, gana quien más invierte en probar y equivocarse.

A lo largo de tu carrera profesional, has conseguidos grandes logros, ¿De cuáles estás más orgullosa?

Los logros que más me han llenado de orgullo, sin lugar a duda, han llegado en mi etapa de emprendedora de la mano de Vanwoow: desde ganar la competición de Turismo Rural en la categoría “impacto social” de la Organización Mundial del Turismo, el premio a la Innovación Turística de CETT Fundació, la universidad donde estudié… Todos ellos son el resultado de mucho esfuerzo y trabajo. Reafirman que hay cosas que estás haciendo bien.

Pero sin duda, el mayor logro es haber “dado en el clavo” con un sector turístico al que nadie hacía caso antes de la pandemia. Un colectivo menospreciado históricamente, con muchos clichés, pero que al mismo tiempo gana adeptos, tanto dentro como fuera de nuestras fronteras.

Posicionar el turismo caravaning como dinamizador socioeconómico de municipios rurales, contar con el apoyo de cientos de pueblos y una gran comunidad viajera dispuesta a probar las recomendaciones de Vanwoow, son mis mayores logros.

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