Es evidente que la pandemia del coronavirus supone una grave crisis sanitaria a nivel mundial. También es cierto que la expansión del virus está provocando consecuencias económicas muy importantes a escala global.
Pero estoy seguro de que sobre estos dos aspectos ya tienes suficiente información. Por este motivo, considero que en estos momentos tan complicados que estamos viviendo, tenemos que aprender a transformar esta crisis sanitaria y económica en una oportunidad para ser mejores como sociedad.
Es probable que algunos estéis pensando, ¿cómo vamos a transformar algo tan negativo como el coronavirus en una oportunidad? Pues simplemente debemos realizar una reflexión que nos permita construir un futuro mejor cuando hayamos superado la pandemia.
Se trata de darle la vuelta a la elevada cantidad de información negativa que estamos recibiendo para sacar lo mejor de nosotros mismos, para decir bien alto que vamos a superar esta crisis y que cuando lo hayamos conseguido, estaremos en disposición de aportar cambios positivos para la humanidad.
Aunque el objetivo de este artículo es que realicemos entre todos una reflexión colectiva aportando ideas positivas, quiero exponer a continuación algunas de las principales enseñanzas y consecuencias positivas que está teniendo la pandemia, desde mi visión personal y profesional. En este sentido, podemos considerar que la crisis del coronavirus es una oportunidad para:
Recordar que la humanidad es una comunidad a la que pertenecemos, un colectivo que debemos cuidar y tratar con cariño en beneficio de todos y todas. Si la crisis del coronavirus nos ha dejado grandes enseñanzas, está claro que la principal lección que debemos aprender es que, por encima de nuestros intereses particulares y personales, debemos pensar primero en el bien común para sobrevivir como especie y para ayudar a las personas más vulnerables. Quizás lo habíamos olvidado en el camino.
Comprender que cuando nosotros paramos, el planeta respira. Qué gran alivio para el medio ambiente y para nuestros ecosistemas naturales. Hace muy pocos días, el Ayuntamiento de Venecia confirmó que la menor afluencia de turistas y la escasa circulación de embarcaciones ha permitido la existencia de una menor contaminación. Los residentes aseguran además que la laguna y los canales de Venecia tienen aguas más transparentes, y han aparecido pequeños peces y algas marinas.
Más cerca de nosotros, en las ciudades de Madrid y Barcelona, la contaminación del aire se ha reducido de forma significativa tras la primera semana de cuarentena. Más específicamente, los valores de dióxido de nitrógeno apenas alcanzan el 40% del límite fijado por la Organización Mundial de la Salud y la Unión Europea. Parece un milagro.
Pero no lo es, es una consecuencia del estado de alarma. Qué gran paradoja. Y sin mencionar que, con gran seguridad, la huella de carbono producida por la aviación comercial también se ha reducido durante la pandemia del coronavirus. Quizás, deberíamos replantearnos en un futuro muy cercano si deseamos continuar con un modelo de turismo masivo que daña gravemente nuestro medioambiente.
Tener siempre presente que la vida es un regalo. El aislamiento producido por la pandemia nos ha obligado a mantener una distancia de seguridad con nuestros seres más queridos para evitar la expansión de los contagios.
Seguramente volveremos a juntarnos pronto con nuestros familiares y amigos más cercanos, como dice la emotiva letra de la canción de Lucía Gil, “Volveremos a brindar”.
Pero quizás habíamos olvidado muy pronto la importancia de un abrazo o de un beso, gestos cotidianos de cariño que ahora se nos niegan para proteger a nuestra comunidad de la expansión del coronavirus. Nunca lo olvidemos, la vida es un regalo que debemos aprovechar a cada momento.
Defender la protección y el refuerzo de los recursos económicos, materiales y humanos destinados a la sanidad pública. Como sociedad, hemos comprendido que nuestro sistema sanitario público constituye el principal escudo que nos protege frente a la expansión de una pandemia.
El gran esfuerzo que están realizando nuestros sanitarios para atender a los enfermos ha provocado una reacción solidaria por parte de la población española, que todos los días sale a sus balcones y ventanas para realizar una gran ovación en forma de aplauso, reconociendo y agradeciendo la labor que están realizando nuestros médicos, enfermeras, auxiliares de enfermería y demás trabajadores del sistema sanitario.
Quizás, algunas administraciones públicas, de todas las ideologías, habían olvidado la importancia de disponer de un sistema de sanidad público fuerte y eficiente cuando han aplicado recortes en tiempos de crisis económica.
Ahora es el momento de recordar, de forma colectiva, que la sanidad debe ser una prioridad en el diseño y ejecución de las políticas públicas, independientemente del partido político que ostente el gobierno de turno.
Comprender que el sector privado también es importante cuando hacemos frente a una crisis global, y saber agradecer las muestras de solidaridad que proceden de nuestros empresarios, al igual que estamos agradecidos a nuestros sanitarios.
En el sector hotelero, Room Mate Hoteles, Palladium Hotel Group, Ilunion Hotels y Soho Boutique Hotels han ofrecido a la Comunidad de Madrid sus establecimientos hoteleros para convertirlos en hospitales. Además, la Asociación Empresarial Hotelera de Madrid ha puesto 9.000 camas a disposición del sistema sanitario de la Comunidad de Madrid.
Quizás en algunos momentos hemos sido demasiado críticos con nuestros empresarios. Pero ellos también suman. Sumamos todos y todas.
Entender que el teletrabajo puede ser una alternativa perfectamente aplicable en una gran variedad de sectores económicos y sociales, en los cuales, estar presente no es un requisito imprescindible. El estado de alarma decretado por el Gobierno de España nos ha obligado a adaptarnos al teletrabajo en la mayoría de las empresas. ¿Por qué no podemos verlo como una oportunidad? Sí, es cierto que a todos nos gusta socializar y salir todos los días de casa para estar con nuestros compañeros y compañeras de trabajo.
Pero el desarrollo tecnológico nos permite contemplar el teletrabajo como una gran solución para mejorar la conciliación de la vida laboral y familiar. Además, no debemos olvidar que, cuando nosotros paramos, el planeta respira. Por eso deberíamos entender también el teletrabajo como una medida para favorecer la sostenibilidad medioambiental de nuestras ciudades, pueblos y comunidades locales.
Saber que el sistema educativo público y privado debe estar 100% adaptado a la formación online en todos los niveles de enseñanza. A pesar del creciente desarrollo de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC), la crisis del coronavirus ha evidenciado que no todas las instituciones del sistema educativo estaban preparadas para continuar con sus clases en modalidad online.
Por ejemplo, aquellas universidades que ya habían realizado previamente un importante esfuerzo por la formación online, como la Universidad Antonio de Nebrija con su apuesta por “Global Campus”, han sido las que mejor se han adaptado a la nueva situación producida por la pandemia global. Una gran oportunidad de aprendizaje colectivo para todos y todas.
Repensar el modelo de desarrollo turístico que deseamos para el futuro. A pesar de que la mayoría de las iniciativas en materia de política turística establecen la sostenibilidad como una de las prioridades, la realidad fehaciente nos demuestra que el sistema turístico mundial está basado en un modelo masivo de desplazamientos turísticos que pone en peligro la supervivencia medioambiental de nuestro planeta.
Así lo ha demostrado la crisis del coronavirus. Únicamente tenemos que pensar en el ejemplo de Venencia para darnos cuenta de que nuestro modelo turístico no era sostenible, aunque todavía tenemos tiempo para construir un futuro mejor cuando superemos la crisis.
Quizás deberemos pensar en desplazamientos más cortos, para reducir la contaminación que producen los combustibles fósiles. Quizás deberíamos pensar también en viajar menos, para proteger nuestro planeta. Ya hemos aprendido que sólo pensando en los demás, podemos sobrevivir como especie. Apliquemos entonces esta enseñanza al futuro del turismo.
Aprender que todos y todas somos importantes en una sociedad colectiva. Quizás, en algunos momentos, hemos despreciado a algunas profesiones, creyendo que nuestra posición profesional y social está “por encima” de otros puestos de trabajo. La crisis del coronavirus nos ha demostrado que estábamos equivocados.
Al igual que la sociedad está realizando un importante reconocimiento a los sanitarios, debemos reconocer también la importante labor que están desarrollando los profesionales que trabajan en el sector de la alimentación. Sí, eso es. Estoy hablando de los trabajadores de supermercados y mercados municipales.
Debemos estar agradecidos a nuestras cajeras, reponedores, transportistas y demás profesionales del sector de la alimentación que día a día trabajan para garantizar los suministros esenciales. No debemos nunca menospreciar a otras profesiones diferentes a la nuestra. Todos y todas somos importantes en esa comunidad colectiva que se llama humanidad.
Como hemos podido comprobar, no es tan complicado transformar una crisis en oportunidad. En este artículo he podido identificar varios aspectos positivos que podemos extraer de la situación que estamos viviendo. Ahora es tu turno. Es el momento de la reflexión colectiva para construir un mundo mejor.
Consultor de Turismo y Dirección Hotelera, Director del Master in
International Tourism Management en EAE Business School (Madrid), Docente Universitario en la Universidad Carlos III de Madrid, en la Universidad Europea de Canarias y en la Universidad Rey Juan Carlos. Alejandro Sepúlveda cuenta con nueve años de experiencia profesional en la hotelería nacional e internacional, intermediación turística y consultoría estratégica de turismo, así como numerosos méritos académicos y tres publicaciones académicas en el ámbito del turismo.