El consejero delegado de Uber, Travis Kalanick, ha dimitido como máximo responsable de la compañía de viajes compartidos que ayudó a fundar en 2009 tras una «revuelta de accionistas» dirigida por algunos de los inversores más prominentes de Uber, según ha informado en primer lugar el New York Times.
Según el mencionado medio, cinco de los inversores más importantes de Uber, incluyendo Benchmark, escribieron una carta titulada «Moving Uber Forward», que recomendaba que el CEO fuera apartado de inmediato. Después de horas de discusión, Kalanick aceptó dimitir.
«Quiero a Uber más que nada en el mundo y en este momento difícil en mi vida personal he aceptado la solicitud de los inversores a dar un paso al lado para que Uber pueda volver a la construcción de su futuro en lugar de distraerse con otra pelea», ha explicado Kalanick en un comunicado al New York Times.
Kalanick ya anunció la semana pasada que estaba tomando un tiempo de descanso después de la publicación de remitido por el ex fiscal general Eric Holder que alertaba sobre la «tóxica cultura laboral de Uber».
Kalanick citó una reciente tragedia familiar y problemas internos en la compañía como razones para su tiempo de descanso. La madre de Kalanick falleció en un accidente de barco en un lago de California el pasado 28 de mayo.
Quizás lo más perjudicial fueron los numerosos informes de acoso sexual y discriminación en la compañía, lo que llevó a una investigación externa sobre las quejas que eventualmente resultaron en la despedida de más de 20 empleados.
Uber ha recaudado más de 11.000 millones de dólares en fondos y ha dejado su valoración en cerca 70.000 millones de dólares, lo que la convierte en la compañía más valiosa de la denominada «economía colaborativa», por encima de Airbnb.
Noticia original en TechCrunch.