Continuamos con esta serie de entrevistas que realizamos a mujeres del sector traveltech y emprendedor, principalmente, que creemos que pueden aportar, además de su experiencia (de incalculable valor), una visibilidad única para seguir “rompiendo” barreras, “techos de cristal”, y servir de inspiración, de motivación, para que otras mujeres no abandonen ni sus aspiraciones profesionales ni sus proyectos emprendedores.

En esta ocasión hablamos con Noelia Novella, CEO de Doinn, startup especializada en modernizar la industria de las limpiezas para apartamentos turísticos.

Uno de los sectores que más importancia está adquiriendo, debido, principalmente, a su relación directa con satisfacción de los clientes en su entrada en este tipo de establecimientos turísticos.

Antes de Doinn, Noelia ya había fundado otras start ups: Curriculate.com, especializada en currículos para trabajar fuera de España, y Loft you consultora de renovación y adquisición de inmuebles.

¿Qué relación tienes con el mundo del emprendimiento? ¿En qué momento decides convertirte en emprendedora (o intraemprendedora)?

En mi opinión, uno no decide ser emprendedor, nace emprendedor. Desde pequeña pregunto a todo el mundo a qué se dedica para cuestionarles mil ideas. Consigo ser intensa desde el minuto uno. Afortunadamente hay a quien le gusta, y aun tengo amigos.

Mi primer trabajo oficial fue con 19 años como guía turístico en Praga. Aprovechaba cada oportunidad para aportar más valor a mis viajeros y generar ingresos extras. Llegué a ganar 9000€ al mes en 1996. ¡Todo legal! Pero dormía 4 horas y trabajaba todos los días. Escuché muchos comentarios sobre “la suerte que tenía”, los sigo oyendo.

He trabajado en 9 países diferentes con todos los sacrificios que ello conlleva. Y estoy en el mundo startup desde el año 2000 con Monster, Jazztel (2003) o Timwe (2006).

He disfrutado cada segundo en ellas, tanto y como disfruto cada día en Doinn. Me encanta retarme y retar al equipo. Que saquemos lo mejor de nosotros. Nos hace felices. Nos llena.

¿Nos puedes explicar más acerca de tu actual proyecto?

En el año 2013, mi marido y yo decidimos hacer una vuelta al mundo con los dos bebés, y durante 6 meses nos alojamos en viviendas turísticas en las diversas ciudades del viaje. Nos encantó esa sensación de autenticidad al quedarnos en las casas de otras personas, pero no la autenticidad de los estándares de limpieza que nos íbamos encontrando.

Teníamos claro que la industria de los alquileres vacacionales, con la ayuda de la tecnología de Airbnb y Homeaway, iba a crecer exponencialmente. Y vimos la oportunidad de completar su tecnología con una muestra para la parte operacional del negocio: viviendo en Madrid puedo alquilar mi casa de Marbella por Airbnb y entre huésped y huésped pedir a Doinn que vuelva a dejar la casa perfecta y sin moverme del sofá.

Así que después del viaje, contacté a las empresas de limpieza, lavandería y alquiler de blancos de los hoteles, y les pregunté qué necesitaban a nivel tecnología para poder trabajar las viviendas turísticas de una manera eficiente.

La limpieza es algo muy personal y, de alguna manera, como todos hemos crecido con los estándares de limpieza de los hoteles, nuestra expectativa cuando dormimos fuera de casa, es ni más ni menos que a lo que nos han acostumbrado los hoteles.

No hemos parado desde entonces, mejorando constantemente nuestro software tanto para gestores o propietarios de viviendas turísticas, como para empresas de limpieza profesionales.

Actualmente nuestros servicios están disponibles en más de 600 ciudades y en 9 países.

¿Cuáles son los principales retos que has afrontado como mujer emprendedora?

Supongo que los mismos que los que afrontan los emprendedores que no son mujeres. Considero que el mundo startup se basa en la meritocracia, porque se empieza sin inversión, a base de mucho tiempo y esfuerzo personal.

Si no vales, no hay mucho detrás de lo que esconderte. Y no creo que el género de los fundadores importe en estos niveles de recursos limitados.

Hay mujeres que emprenden para poder conciliar su vida personal con su vida profesional. Creo que la pandemia ha abierto un poco los ojos a las empresas de que la conciliación, el trabajo remoto y asíncrono no es sólo posible como fantástico para retener el talento y evitar spin-offs competencia de su propia empresa por no dar flexibilidad horaria a su equipo.

Por tu experiencia y vivencias personales, ¿has notado la existencia del «techo de cristal»?

A lo largo de mi carrera profesional he notado que otras mujeres tenían ese techo de cristal, pero casi siempre, porque se lo ponían ellas mismas.

Con la pandemia he visto como grandes profesionales, hombres y mujeres, están decidiendo dejar sus carreras de lado para dedicarle más tiempo a la familia. Sienten esa necesidad y lo respeto, pero es obvio que a medio plazo tendrá sus consecuencias y sus techos de cristal. ¡O de cemento!

Mis hijos, una niña de 8 y un niño de 10 años, saben hacer el pitch de Doinn de principio a fin, y son fans (aka youtube followers) de mucha gente que conocen del Google Campus desde donde solíamos trabajar. Entienden que trabajar hace feliz a mucha gente, tanto o más que hacer deporte o ir al cine.

Disfrutar con el trabajo y dedicarle tiempo, no nos hace peores padres, sino más felices, porque tenemos un propósito claro de vida.

Hay muchas empresas maravillosas donde trabajar, donde se pueden conciliar la vida personal y familiar, y donde se valora lo que se tiene entre las orejas por encima de lo que se tiene entre las piernas.

El mundo es lo suficientemente grande para poder encontrar nuestro sitio. Lo que no podemos es esperar que el trabajo perfecto nos llame a la puerta sin habernos esforzado en encontrarlo. Hasta porque lo que es perfecto para nosotros hoy, no lo será en unos pocos años, porque habremos crecido y nuestras necesidades habrán ido cambiando.

¿Qué consejos le darías a esas mujeres que se están planteando emprender para que se decidan a desarrollar sus propios proyectos?

Emprender es mucho más duro de lo que puede parecer desde fuera, pero para quienes nos gustan mucho los desafíos, nos hace felices y saca lo mejor de nosotros cada día.

En cualquier caso, no es lo mismo, hacerse autónomo y ofrecer los servicios que hacías para tu anterior empresa a otras, que montar un bar o que montar una startup dispuesta a innovar sin parar los próximos 20 años y generar empleo.

Cualquiera de estas opciones es igual de válida y necesaria para nuestra sociedad, pero los desafíos, responsabilidades y dedicación van a ser diferentes y cada uno tiene que saber lo que le encaja mejor en su vida y en su personalidad.

En mi experiencia como startupera, me parece clave rodearse de un equipo en el que confiar, con conocimientos y experiencia complementarios, que tengan tanto la cultura empresarial como la estrategia de la empresa alineada contigo.

A lo largo de tu carrera profesional, has conseguido grandes logros, ¿De cuáles estás más orgullosa?

No creo que haya tenido grandes logros, pero sí muchos pequeñitos. Cada funcionalidad de producto que lanzamos en Doinn, cada ciudad nueva (¡llevamos más de 600!), cada ronda de inversión, cada cliente nuevo, cada historia de agradecimiento, tanto de clientes como de proveedores de limpieza, cada análisis sobre el impacto social que Doinn está teniendo en las vidas de los limpiadores, cada Doinner al que le ves crecer profesional y personalmente porque les damos la confianza y libertad para hacerlo.

Nuestro objetivo nunca ha sido convertirnos en el próximo unicornio, sino disfrutar de cada día y de aportar valor a nuestra industria desde la diversidad y el equilibrio personal que te da el no perder el tiempo con personas o situaciones que te quitan la energía.