Contenido ofrecido por Paraty Tech.
La palabra semáforo ha adquirido un nuevo significado desde que su uso se extendiera al ámbito sanitario, para determinar hasta qué punto podría representar un riesgo para la salud viajar a determinados países.
Probablemente sea el Reino Unido el máximo precursor de esta nueva acepción, no sólo por el empleo recurrente de la misma, sino por la polémica que está despertando la aparente arbitrariedad de los criterios de selección de las naciones que deben conformar las listas de los tres colores más de moda. Entre los factores que se tienen en consideración, además de la incidencia acumulada, se encuentran los niveles de vacunación y la capacidad del destino para detectar variantes del virus mediante la secuenciación del genoma.
Una categorización que se ha desvelado como especialmente dañina para España que, de momento, no ha conseguido aportar suficientes argumentos para justificar su avance del ámbar al verde.
Algo que, en palabras del propio ministro de Transportes británico, Grant Shapps, no parece que vaya a suceder, al menos, hasta finales del mes de junio. La misma suerte han corrido Italia y Grecia, pese a que los tres han manifestado públicamente su apertura al turismo británico.
Ámbar es sinónimo de restricciones e impedimentos. Así, a la recomendación expresa, por parte de este estratégico mercado emisor, de no viajar a nuestro país sin un motivo de peso (y las vacaciones no lo son), se unen una serie de incómodos protocolos de entrada y de salida a los que deberán someterse quienes, contra viento y marea, se aventuren a visitarnos: confinamientos a su regreso, multas por saltarse las cuarentenas, múltiples pruebas PCR, etc.
Algunos establecimientos han decidido tomar la iniciativa, por su propia cuenta y riesgo, creando paquetes que incluyen una prueba PCR con la reserva de la habitación.
Pero incluso solventada la cuestión económica, para el viajero supondrá un incómodo contratiempo tener que interrumpir sus vacaciones para asistir a un centro médico en el que someterse a este trámite, tan necesario como engorroso. Por su parte, los hoteles se verán forzados a encontrar una entidad con la que establecer alianzas que les permitan ofrecer esta facilidad a sus huéspedes a un coste competitivo.
En Paraty Tech hemos ido un poco más allá, anticipándonos al problema, y hemos dado con una alternativa que económicamente satisfaga a ambas partes, garantice el cumplimiento de esta imposición sanitaria, interfiera lo menos posible en la operativa del hotel y en el itinerario del turista, y evite que se convierta en un posible condicionante para viajar o para vender.
Gracias al acuerdo alcanzado con el laboratorio ProcorLab, empresa de detección y diagnóstico temprano de Covid-19, nos complace pasar a convertirnos en el primer motor de reservas para hoteles que permitirá ofrecer, como un servicio adicional más, pruebas «PCR en destino», a un coste más que asequible.
Ventajas para el hotelero
Fundamentalmente, este acuerdo implica para hotelero dos ventajas:
Despreocupación: Ahora el hotelero tendrá una cosa menos en la que pensar, y no una cualquiera. Se trata de un requisito ineludible para todos sus huéspedes, un contratiempo, en definitiva, que ya no debería volver a suponer un condicionante para la venta, y que, en términos de operativa, no irá más allá de levantar el teléfono para informar de que hay “x” pruebas pendientes de recogida para su análisis. Además, contar con este valor añadido aumenta las posibilidades en lo relativo a la estrategia comercial, y puede convertirse en una nueva modalidad de generar disparidades positivas y de diferenciarse de la competencia.
Servicio: A ojos de sus clientes, el hotel se desvela ahora como el protagonista de la solución, y no como parte del problema. Al fin y al cabo, si bien es cierto que esta medida le permitirá al sector operar en un marco seguro y, presumiblemente, favorecerá también la reactivación de la movilidad, no por ello deja de resultar incómoda para unos viajeros deseosos de salir, por fin, de su país. Personas que, sin duda, agradecerán poder formalizar su contratación al mismo tiempo, y con la misma facilidad, que escogen habitación, régimen o añadidos lúdicos.
Formatos de inclusión en el motor de reservas
Una vez el hotel se decida a ofrecer este servicio, existen distintas formas de implementarlo. Lo más sencillo y rápido, es incluirlo en el módulo de upselling del motor. De este modo, siempre estará disponible, como servicio adicional, en el segundo paso del proceso de reservas, tras la selección de la tipología habitación.
Pero podemos llegar más lejos, habilitando la posibilidad de implementar una regla de negocio. De este modo, el hotelero podrá decidir, por ejemplo, asumir el coste de la prueba u ofrecerla con un descuento, para reservas de más de “x” noches, o realizadas con “x” días de antelación, o que incluyan “x” tarifa, etc. Además, al formar parte del módulo de upselling, el huésped también podrá decidir añadir la prueba «PCR en destino», con posterioridad a su reserva, desde el email pre-estancia. Debemos asumir que, de algún modo, las garantías sanitarias son ya parte indivisible de la estrategia comercial del establecimiento.
Por supuesto, desde Paraty Tech pondremos todas las facilidades para asegurarnos de comunicar debidamente este nuevo servicio: envío de newsletters, creación de banners informativos y de una sección explicativa en la página web oficial, publicaciones en redes sociales, incluso la gestión de campañas SEM que potencien las reservas apelando a este servicio.
Operativa
Aquellos hoteles interesados en incorporar este servicio, en primer lugar, recibirán un pequeño stock de arranque de pruebas PCR de saliva en sus dependencias. Corresponde al hotel decidir si se lo facilitarán al cliente durante el Check-In o si lo depositarán en la habitación de quienes las hayan solicitado con su reserva. Así, los viajeros que hayan apostado por esta opción, podrán realizarse la prueba en el alojamiento, sin desplazamientos. Sin perder de vista en ningún momento su fecha de Check-Out, el turista deberá tomarse una pequeña muestra de saliva que, una vez notificada por parte del hotel, será recogida por ProcorLab para su análisis.
Normalmente, las distintas autoridades internacionales exigen una prueba negativa realizada, como máximo, 72 horas antes del regreso al país de origen. Será responsabilidad del huésped realizarse la prueba dentro del plazo estipulado, teniendo en cuenta que el laboratorio se compromete a dar el resultado en un máximo de 24-36 h., diagnóstico que enviarán directamente al correo electrónico del paciente.
Adicionalmente, el servicio se completa con un canal de atención al cliente destinado a solucionar cualquier tipo de duda que pueda surgirle al turista con respecto a la recogida de la muestra, la validez de la prueba o la interpretación de los resultados.
Con independencia de la hipotética entrada en vigor del esperado pasaporte sanitario, que permitirá a las personas vacunadas desplazarse “libremente” por la UE, lo cierto es que las pruebas PCR con resultado negativo, tanto en origen (antes de partir), como en destino (precediendo al regreso), serán una constante durante toda la temporada estival y, al menos hasta ahora, un quebradero de cabeza logístico y presupuestario para turistas y hoteleros. Esperamos contribuir a minimizar su impacto con la implementación de esta medida.