Uno podría pensar que se necesita un poco de magia para subir rápidamente a varios cientos de pasajeros en el avión de pasajeros más grande del mundo.
Para Lufthansa y Amadeus ha bastado con el poder de la biometría para desarrollar una solución de reconocimiento facial sin complicaciones y en un solo paso.
Es un proceso simple que ya ha sido probado en el Aeropuerto Internacional de Los Ángeles. Las puertas de embarque automático con cámaras capturan las imágenes de los pasajeros. Esta imagen se envía a la base de datos de Aduanas y Protección de Fronteras de Estados Unidos para su verificación en tiempo real. Después de una coincidencia instantánea, el sistema reconoce al pasajero como ‘embarcado’.
Ya no es necesario que el pasajero muestre su tarjeta de embarque o pasaporte en la puerta. Durante las pruebas iniciales, ambas compañías han recibido comentarios muy positivos de los usuarios. De hecho, ha sido posible embarcar 350 invitados en un A380 en aproximadamente 20 minutos.
La colaboración ha sido la clave de este proyecto. Amadeus ayudó a construir las conexiones entre el sistema de control de salida de Lufthansa (Altéa), el hardware de la puerta fue provisto por Vision Box y la Oficina de Aduanas y Protección de Fronteras de los Estados Unidos proporcionó la base de datos para identificar a los pasajeros. Todas estas partes trabajaron juntas para que la experiencia de viaje fuera más fluida.
Cada vez es más necesario que las líneas aéreas, los aeropuertos y las autoridades ofrezcan procesos más rápidos a los viajeros. Esta tecnología les ayuda a moverse a través del aeropuerto sin problemas y crea una oportunidad única para el uso de datos biométricos.