Cada día el sector turístico se está encontrando con un nuevo anuncio. Justo un día después de la decisión sobre las dos semanas de cuarentena para los turistas que lleguen a España, Bruselas que pide abrir las fronteras y reiniciar la actividad.
Hemos hablado con Álvaro Carillo, director general del Instituto Tecnológico Hotelero, para conocer su opinión sobre la crisis actual, su visión sobre la temporada de verano y la aplicación de los nuevos protocolos de seguridad e higiene en los hoteles.
¿Qué te parece el documento de recomendaciones que ha publicado la Comisión Europea?
El documento propuesto por la Comisión Europea es amplio, tiene muchos anexos y es más bien político. Al final está dando recomendaciones, marcando buenas prácticas, pero no son normativas de obligado cumplimiento.
Lo importante que está marcando tendencias pensando también en el ciudadano, en el turista final. Si el viajero ve que en Bruselas la Comisión Europea está diciendo que vamos a intentar que siga habiendo verano y que los ciudadanos europeos de alguna manera segura puedan disfrutar de playa, se demuestra estar remando en una determinada dirección.
Por eso, aunque no sea una normativa de obligado cumplimiento, las directrices que impone tienen sentido común. Y dentro de ese sentido común, el mensaje principal es que el verano no se ha acabado y podremos intentar disfrutar de un periodo de vacaciones.
Hay hoteleros más optimistas con respecto a este verano y otros que lo ven muy mal. ¿Crees que existen motivos para un moderado optimismo?
Hay hoteleros que están pensando en abrir en la fase uno, lo cual suena a… ¿y para qué abres? Porque desde el punto de vista económico no estás abriendo. No hay movimiento interprovincial. El objetivo es posicionarse en el mercado: si alguien quiere venir a esta plaza, quiero que sepan que mi marca es la primera que estuvo preparada y luego empezar a probar los protocolos que están publicados.
Obviamente el turismo extranjero va a caer muchísimo ya que representa más de la mitad del turismo que tenemos en España. El turismo nacional también va a caer porque va a haber muchos españoles que no se van a ir fuera, pero se quedan muchos más que se van a tener que quedar en casa, bien por su situación laboral o porque tengan miedo.
Habrá un problema de demanda porque la oferta es la que es y esto puede suponer una guerra de precios, ya que es una de las palancas con las que cuentan los hoteles. Yo espero que no llegue a ese punto pero es evidente que van a tener que pelear por el turista, aunque creo que ahora mismo el principal driver para el turista no es el precio.
¿Veremos destinos que tradicionalmente no buscaban tanto al turista nacional y que van a competir también en ese terreno ahora?
Sí, tendrán que hacer números. Lo complicado de todo esto es que si quieres abrir un hotel tienes que tomar la decisión de abrir el 1 de junio, el 1 de julio o el 1 de agosto… tienes que hacer las cosas con previsión y planificación.
Todos estos mensajes que estamos viendo, el de la Comisión Europea, el que salió publicado en el BOE respecto a la cuarentena… van dando directrices de por dónde pueden ir los tiros para tomar una decisión, y en función de esa decisión habrá más competencia y más guerra por el cliente en estas plazas que saben que el turismo extranjero va a caer sí o sí. Lo lógico sería que no abrieran todos.
Veremos cómo van a tener que pelear por ese turista, sobre todo nacional. Pero lo más importante, insisto, no es el precio, es la seguridad y la imagen que puedes transmitir para atraer al cliente.
¿Crees que llegará un punto en el que, de alguna manera, normalicemos esta enfermedad y eso nos dé confianza para viajar, más allá de las medidas que toman los hoteles y los destinos?
Obviamente habrá que esperar una vacuna para que la gente viaje con confianza y volver a la situación que teníamos hace un año.
Incluso cuando tengamos la vacuna yo creo que habrá algunas medidas de distanciamiento social o hábitos sociales que se van a quedar entre nosotros. Mis hijos, por ejemplo, que son pequeños, ya no estornudan poniéndose la mano, estornudaba, poniéndose el codo. Hay determinados hábitos que se nos van a quedar desde el punto vista personal, higiénico y social.
Por lo demás creo que sí, que vamos a estar obligados a normalizar esta situación. Lo que llaman la nueva realidad, que es la convivencia normal con la pandemia.
Para mí hay dos escenarios y no sé en cuál estaremos en verano: podemos controlar el virus y que pase como en China, que cuando hay dos o tres casos son noticia. ¿Por qué? Porque todos los enfermos están controlados y en el momento en que surge un enfermo que no está controlado es noticia, porque hay que controlar dónde está ese enfermo, con quien ha tenido contactos, como hicimos aquí al principio, en el mes de febrero.
Esperemos que esa sea la nueva normalidad, porque si la nueva normalidad es la situación que tenemos ahora, con casos de contagios en población local, sin tener la traza de estos contagios, entonces la pandemia se va a quedar desgraciadamente de manera normalizada, con cien fallecidos cada día, que se dice pronto… pero desgraciadamente es una estadística a la que nos estamos acostumbrando.
Estos días se ha producido una cierta acumulación de protocolos de apertura: ICTE, AEDH, WTTC… ¿no es un poco enrevesado para los hoteleros?
Yo, obviamente, como soy juez y parte en este caso, abogo porque el que el que hemos ayudado a desarrollar en el seno del ICTE y con las matizaciones que hemos incluido en el check list de ITH, que tiene que ver sobre todo con las fases, porque el protocolo que ha validado el Ministerio está bien, pero no habla de frases.
Creo que era lógico añadir el tema de las fases y cómo tratar a un posible contagiado, una persona que dé positivo en coronavirus dentro del propio hotel.
Lo mejor, en mi opinión, es que hubiera un único protocolo, pero aparte de los que has mencionado me consta también que TUI ha sacado su propio documento y que Expedia está haciendo lo mismo. Por eso sería bueno que el protocolo que publique la Comisión Europea, la WTTC o el que saquemos en España se parezcan. Y eso es lo bueno del protocolo publicado por el Ministerio, que sí es un manual operativo por departamentos donde hay que hacerlo todo, no solamente lo que te pide el turoperador.
¿Crees que los hoteleros ven factible cumplir con todos los puntos que se explican en el protocolo?
Los hoteleros sobre todo están preguntando por el tema de fases, porque el protocolo te da una guía de actuación para la gestión en la nueva normalidad, cuando ya podrás utilizar todas las zonas comunes y la ocupación del hotel y de las zonas comunes.
En esta primera fase, ¿puedo dar servicio de restauración o no en una terraza? ¿Y la terraza es zona común o no es zona común? Y esta discrepancia, o cualquier otra duda, la tiene que resolver el que ha hecho la norma.
Y ahí andamos, preguntando al Ministerio de Sanidad si las terrazas son zonas comunes. Obviamente es complicado, pero sobre todo van por el detalle y la interpretación que se pueda hacer a las órdenes publicadas por el Ministerio de Sanidad. El protocolo es más o menos entendible.
También están proliferando las certificaciones sanitarias pensadas para las empresas turísticas. ¿Son realmente útiles?
Con las certificaciones siempre sucede lo mismo, me da igual que estemos hablando de las guías y protocolos actuales frente al contagio, como de las Q de calidad o la ISO 14000 o la ISO 9000. Al final no dejan de ser sistemas de mejora continua para aprender sobre lo que estás haciendo, escuchar y promover mejoras.
Es verdad que después hay una tercera parte que certifica que efectivamente lo has implantado. Lo importante para mí es lo primero. Yo tengo un protocolo, lo he entendido, lo he leído, lo he aplicado y esta es la parte y el compromiso al que se llegó con el Ministerio.
Con una declaración responsable por parte del empresario es suficiente para demostrar que esto funciona. Si el hotel presenta la declaración responsable ante la autoridad competente, que es la autonómica, ya puede decir que está cumpliendo los protocolos para la segunda parte.
¿Crees que la tecnología puede ayudar a acelerar el control de la movilidad y la seguridad en los viajes?
Creo que sí, y que que vamos a ser usuarios de esa tecnología a nivel nacional. Podremos pensar si sacamos una propia aplicación o si tenemos tecnologías o si tenemos que esperar lo que haga Google y Apple… pero yo espero que haya una solución a largo plazo que permita que la trazabilidad sea mucho más ágil y escalable, sobre todo pensando en el sector aéreo.
Yo creo que la solución va a venir a través de un acuerdo a nivel europeo sobre cómo tienen que moverse las personas entre los distintos países por temas de trabajo, ocio y turismo, o por temas simplemente de tránsito.
Y a partir de ahí, los hoteleros y la oferta de destinos y de restauración utilizará el protocolo que se ponga en marcha a nivel internacional. Y me imagino que sería coherente que el Gobierno español utilizase ese mismo criterio a nivel autonómico o local para hacerlo en el corto plazo en España.
Yo creo que no nos vamos a poner de acuerdo sobre si vale o no vale el pasaporte sanitario para ir de Murcia a Huelva. La solución al final va a venir desde arriba. El tema es que sea una estándar para que se pueda utilizar en varios países, porque lo interesante de esta aplicación y de este pasaporte para mí no es la movilidad, una movilidad nacional que se puede hacer sin tecnología, con decisiones políticas a nivel nacional.
Lo importante y relevante es que sea a nivel europeo y si ya lo hiciésemos a nivel global con China y Estados Unidos, sería fantástico con Estados Unidos, aunque ahora mismo hablar con China y con los Estados Unidos sobre movilidad de personas desde Europa es complicado y el concepto que también tiene cada uno de los dos países es muy distinto sobre cuál es el nivel de privacidad que puede sacrificar para conseguir esta movilidad. Y nosotros estamos en el medio, por decirlo así.
Los principales actores del panorama tecnológico de los viajes han sufrido un gran impacto y puesto en marcha gran cantidad de despidos. ¿Es posible que alguno salga particularmente beneficiado o perjudicado de esta crisis?
Yo creo que no, más bien al revés. Estos grandes jugadores son los más fuertes. Y haciendo la traslación desde el punto vista empresarial, los que tenían más más cartera son los que pueden aguantar más, ‘hibernar’, por decirlo así.
Si eres un distribuidor pequeño, de un nicho concreto, porque tienes un producto muy concreto para un segmento de clientes muy concreto, esa es otra película, pero a nivel global yo creo que los grandes son los que van a tener más oportunidades de aguantar esta temporada, porque además van a poder intermediar el mercado.
Pero todo tiene un límite, dado que estas empresas tienen accionistas…y es muy distinto justo haber recibido una inyección de dinero que estar esperando esa inyección de dinero para el que preparaba una salida a bolsa. La situación es totalmente distinta.
Con los datos que manejáis en el ITH, ¿eres optimista respecto al futuro?
Hablando con los distribuidores, todos dan datos de que hay demanda. Hay demanda en toda Europa del destino España y yo creo que el optimismo viene cuando ya no reflexionas desde el punto de vista coyuntural y volvemos al turista particular. Yo creo que los ciudadanos europeos todavía no han renunciado a las vacaciones.
Los viajeros están esperando a que las medidas sanitarias funcionen. Hay millones de alemanes y millones de británicos esperando a salir de vacaciones y desde el punto de vista de datos, todos los distribuidores dicen que sí, que sí, que obviamente no es la demanda de otros años, pero que la demanda en julio y agosto, sobre todo agosto y septiembre, no está cancelando.
Yo quiero pensar que este verano voy a tener cierta normalidad. A lo mejor en vez de irte 15 días tienes que ir una semana. A lo mejor, en vez de ir al chiringuito a comer en la playa un día comes todos los días en el apartamento…. Pero yo quiero esa cierta normalidad que me permite afrontar el trabajo todos los días de una manera más habitual.