El Día Internacional del Turismo ha llegado este año en un momento excepcional para el sector, extremadamente perjudicado por la crisis sanitaria, que necesita un fuerte impulso para su recuperación.

En este contexto, hemos tenido la oportunidad de entrevistar a Maria Abellanet i Meya, CEO del CETT:

Este ha sido un Día Internacional del Turismo distinto a todos los demás, ¿cómo lo habéis afrontado desde el CETT-UB?

Este año el Día Internacional del Turismo se ha celebrado bajo el lema “Turismo y desarrollo rural”, un entorno en el que el turismo ofrece empleo y oportunidades de desarrollo local y que se enfrenta a enormes desafíos, además de los provocados por la pandemia.

En el CETT-UB acabamos de iniciar el nuevo curso, que afrontamos con la firme convicción de que el turismo es y seguirá siendo un sector estratégico a nivel mundial.

Estamos ante una gran oportunidad para dar un nuevo enfoque al turismo e integrar realmente valores como la sostenibilidad, el conocimiento o la digitalización. Nuestra prioridad es la excelencia en la formación, al tiempo que garantizamos medidas de seguridad para proteger a toda nuestra comunidad.

¿Qué valoración haces del comportamiento del turismo en estas últimas semanas?

No hay duda de que la evolución de la pandemia tiene mucho que ver con cómo ha ido la temporada turística y también la evolución de las últimas semanas. España se sitúa como el octavo país en el mundo por casos diagnosticados de COVID-19 y muchos países han establecido medidas restrictivas para viajeros procedentes del Estado español, una realidad que ha tenido un gran impacto en el turismo.

Los rebrotes han implicado asimismo un escenario más negativo de lo que podíamos prever hace unos meses: el tráfico aéreo en el Aeropuerto de Barcelona el 7 de septiembre es un ejemplo, ya que fue un -67% respecto al año pasado, según la Agencia Catalana de Turismo.

Aun así, estoy convencida de que el turismo se recuperará, aunque será un proceso lento y gradual que dependerá, además de la confianza que den los destinos, la capacidad financiera de las empresas, su vinculación con los clientes y las políticas de impulso que implementen las administraciones.

¿Consideras que los viajes volverán en algún momento tal y como eran antes o veremos cambios importantes?

El contexto sanitario condiciona nuestras actividades y nuestro día a día y, por tanto, hasta que la situación no cambie no podremos recuperar cierta normalidad. Pero cuando eso pase, desde mi punto de vista, los viajes volverán a estar en nuestro día a día y el deseo de la gente de vivir experiencias con otras personas, otras culturas, en la naturaleza, o disfrutando del arte y la cultura no desaparecerá.

Sería imprudente realizar una afirmación sobre cómo será el turismo en un futuro, pero sí podemos apuntar algunas ideas. Esta temporada el turismo de proximidad ha sido fundamental: la gente ha viajado a lugares cercanos que le han inspirado confianza, y puede que esta tendencia se mantenga en los próximos años y, así, evitar los viajes a destinos lejanos o masificados.

Aunque algunos de los cambios serán temporales, otros serán permanentes. En este sentido, la demanda de un turismo más sostenible va a perdurar en el tiempo, mientras que la demanda de medidas de protección para la salud podrían ir desapareciendo en paralelo al descubrimiento de una vacuna.

Sin duda ha habido un cambio en la forma en que consumimos el turismo y aparecerán nuevas tendencias que debemos conocer en profundidad a través de la investigación aplicada y desde la colaboración entre el sector y el mundo académico.

¿Crees que el sector ha aprovechado la oportunidad para formarse y prepararse tecnológicamente de cara al futuro y la recuperación?

Toda crisis puede ser una oportunidad y podemos aprovechar el momento para mejorar. Las empresas han tenido que reinventarse y priorizar lo digital en un momento en el que la presencialidad se ha visto muy reducida. Es una oportunidad, pero, a la vez, es una necesidad para la que el sector debe prepararse más y mejor.

En cuanto a la formación, desde el CETT-UB insistimos en que ahora es más importante que nunca, ya que el sector necesita profesionales con habilidades y capacidades transversales que les permitan adaptarse a estas nuevas situaciones que vivimos cada día.

Dado el fuerte impacto económico producido por la pandemia, las empresas han estado enfocadas en su supervivencia más que en la formación de sus equipos. Algunos profesionales han aprovechado el parón para reciclarse on line, pero en ambos casos queda mucho camino por recorrer. Universidad y empresa debemos ir de la mano en este camino de formación y conocimiento.

En tu opinión, ¿con qué actitud deberíamos afrontar este periodo de dificultades? ¿Existen oportunidades nuevas para los profesionales del turismo?

Debemos ser conscientes del momento que vivimos y de los desafíos que nos plantea, pero debemos tener confianza y una visión optimista del futuro, estando preparados para cualquier nuevo contexto que pueda surgir y afrontarlo con resiliencia e iniciativa, adaptándonos a las circunstancias dando lo mejor de nosotros mismos.

Los profesionales del turismo con estas habilidades serán esenciales para el sector y, sobre todo, para su recuperación y posterior transformación. Para ello, la formación continua es esencial, así como ofrecer a los profesionales del futuro una formación que les prepare para responder a los cambios y nuevos retos del sector.

En este sentido, desde el CETT-UB apostamos por una perspectiva ética en la formación en turismo, hotelería y gastronomía. Nuestro compromiso implica un modelo pedagógico con el objetivo de formar personas, no sólo profesionales.

La formación en el CETT-UB incluye los valores positivos del turismo y del ejercicio ético de la profesión a la vez que proporciona conocimientos, competencias, actitudes y una serie de valores propios del centro. Este es uno de nuestros pilares esenciales como centro universitario.