Desde su lanzamiento hace ya quince años, Google Maps ha redefinido lo que significa un mapa, pasando de ser una poderosa herramienta de navegación a ser un robusto compañero diario que también ofrece información útil sobre dónde ir y qué hacer.
Características como los horarios más populares de los negocios, la navegación multimodal y los mapas offline ayudan a entender mejor el mundo para poder decidir cómo interactuar con él.
Esta semana, Google está desplegando nuevas mejoras visuales que aportan aún más detalle y granularidad al mapa, facilitando la comprensión del aspecto de una determinada zona, tanto si estás explorando virtualmente el área como si estás planificando una visita.
Una vista más colorida y precisa del mundo
Google Maps tiene imágenes de satélite de alta definición para más del 98 por ciento de la geografía mundial.
Con una nueva técnica algorítmica de mapeo de color, es posible tomar estas imágenes y traducirlas en un mapa aún más completo y realista de un área, y hacerlo admeás a escala global.
Explorar un lugar cualquiera en Google Maps ofrece ahora una nueva mirada a sus características naturales, de modo que se pueden distinguir fácilmente las playas y los desiertos, los lagos, los ríos, los océanos…
El usuario puede conocer la vegetación de un determinado lugar e incluso ver si hay capas de nieve en los picos de las montañas.
Con esta actualización, Google Maps cuenta una de las vistas más completas de las características naturales en cualquier aplicación de mapas importante, con disponibilidad en los 220 países y territorios donde funciona Google Maps.
Eso es una cobertura de más de 100 millones de kilómetros cuadrados de tierra, o 18.000 millones de campos de fútbol, que ha pasado a ser la medida internacional de proporción, por algún motivo.
Esta actualización es visible sin importar el área de consulta, desde las áreas metropolitanas más grandes hasta los pequeños pueblos rurales.
Mapeando el arco iris
¿Cómo funciona exactamente esta técnica de mapeo de colores? Pues bien, en primer lugar, Google utiliza la visión por ordenador para identificar los rasgos naturales de sus imágenes de satélite, analizando específicamente las regiones áridas, heladas, boscosas y montañosas.
Después, analiza estas características y les asigna una gama de colores en el modelo de color HSV.
Por ejemplo, un bosque densamente cubierto puede ser clasificado como verde oscuro, mientras que un área de arbustos irregulares podría aparecer como un tono de verde más claro.