¿Qué buscan los principales mercados emisores en España? Según la plataforma europea de inteligencia turística, Travellyze, los viajeros post-pandemia británicos, alemanes, franceses, italianos y neerlandeses seguirán optando por España por su oferta de playa y cultura pero ahora, más que nunca buscan un equilibrio entre estos valores tradicionalmente fuertes de la marca España y la naturaleza.
Siguen apreciando la relación calidad-precio que ofrece España, donde de gastan entre dos mil y tres mil euros en sus vacaciones.
Entender los hábitos, prioridades y necesidades de los mercados emisores más relevantes para España es más importante que nunca, y permitirá a los destinos y empresas turísticas diseñar estrategias más efectivas en un entorno muy competitivo, en la medida en que España se prepara para la temporada de verano de la recuperación, marcada por la evolución positiva de la pandemia de COVID-19.
Presupuestos de hasta 3.000 euros: el gasto de los británicos, alemanes y franceses
Los viajeros británicos, que representan uno de cada cuatro turistas internacionales en el mercado español, tienen una percepción muy positiva de España.
Son en su mayorá jóvenes, con edades comprendidas entre los 25 y los 45 años; cerca de la mitad planea viajar al país, y de ellos, el 20% piensa hacerlo en los próximos tres años, lo que ofrece pistas sobre la inmensa demanda contenida en el mercado británico, que ve en España un destino familiar, que eligen por la seguridad, por sus espacios y paisajes, por su asequibilidad y por la amplia conectividad.
El presupuesto de estos turistas, de hasta dos mil euros, lo reparten en alojamientos de tres y cuatro estrellas, preferiblemente con desayuno incluido, que se sitúan en destinos de sol y playa en su gran mayoría, o en ciudades con una variada oferta cultural y de relax.
El viajero alemán tipo que visita España es el más maduro de todos los mercados analizados y el que mejor percepción tiene del país de los cinco mercados analizados: tiene entre 45 y 65 años y un presupuesto de tres mil euros para disfrutar de unas vacaciones de descanso y relax en la playa, con visitas guiadas puntuales o escapadas a ciudades que disponen de una oferta de ocio y cultura diversa.
Aprecian de España la naturaleza y los paisajes, la seguridad y la posibilidad de viajar en familia. Con su presupuesto optan por opciones diversas de alojamiento en función del plan de viaje, desde hoteles independientes y boutique hasta alojamientos asequibles o hostels.
Uno de las principales motivaciones de los franceses que visitan España es su predilección por conocer diversos destinos en un mismo viaje, dado que muchos eligen viajar en coche por la cercanía entre ambos países.
La cultura española, la idiosincrasia local, la naturaleza y las playas, además de la seguridad y los excelentes servicios médicos son aspectos muy atractivos por los viajeros franceses, que tienen entre 35 y 55 años y un presupuesto de hasta tres mil euros, que invierten en estancias muy diversas, desde hoteles independientes a alquileres turísticos, pasando por hoteles con encanto.
Seguridad, naturaleza y cultura, claves para italianos y neerlandeses
El viajero italiano que planea viajar a España tiene un presupuesto de hasta 2.000 euros y entre 36 y 55 años, y busca en los destinos españoles una combinación de sol y playa, turismo urbano y cultural.
Se siente atraído por la seguridad, la accesibilidad y los espacios naturales españoles, y prefiere vuelos directos y elegir entre opciones de actividades guiadas. En función del destino elegido, se optará por alojamientos independientes, rurales o con encanto, o de gama media urbanos (3 ó 4 estrellas).
Relax, en ciudades cosmopolitas o a la orilla del mar, es lo que buscan los viajeros neerlandeses en España. Con una edad comprendida entre los 25 y los 45 años, estos turistas eligen destinos españoles por el clima, la seguridad y el factor calidad-precio, y por las opciones para disfrutar de espacios naturales que pueden incorporar en sus experiencias.
Su presupuesto, entre mil y tres mil euros, les permite tener más margen para disfrutar de alojamientos de gama superior y de lujo, o de hoteles urbanos boutique.