El año 2020 ha sido muy duro para la industria turística. Todas las métricas que se han ido conociendo al cierre de año muestran que el impacto de la pandemia sobre el sector ha sido devastador.
Tras el parón total vivido durante los meses de marzo, abril y mayo de 2020, la demanda turística no consiguió levantar el vuelo de manera apreciable durante el resto del año, incluso durante los meses de verano, cuando los contagios parecía que estaban bajo control.
Además, las oleadas de COVID-19 vividas a finales del 2020 y al inicio de 2021, junto a las distintas medidas de restricción a la movilidad y la actividad, han mantenido los flujos turísticos en mínimos, extendiendo así las pérdidas sufridas por el sector.
El último informe de Caixabank sobre el sector turístico analiza en detalle el impacto que ha supuesto la COVID-19 en tres dimensiones específicas de la industria turística. En primer lugar, nos centramos en el desempeño del sector de la aviación, que está atravesando grandes dificultades a causa de las restricciones fronterizas a escala global.
También analiza el ajuste de precios que ha llevado a cabo el sector turístico, especialmente la rama hotelera, que evidencia que las intensas rebajas de precios que se llevaron a cabo tuvieron una capacidad muy limitada de estimular la demanda. Finalmente, estudia la respuesta del turismo rural en 2020, con la utilización de la metodología big data.
En este caso, el turismo rural ha sido una de las buenas noticias del pasado año gracias al atractivo de su propuesta –distanciamiento social, tranquilidad y naturaleza– tras el duro confinamiento sufrido durante el segundo trimestre del año.
Las perspectivas de 2021 invitan a ser más optimistas
La elevada efectividad de las vacunas y su distribución durante estos meses, aunque con importantes diferencias de velocidad entre países, apuntan a que el inicio de la recuperación del turismo en Europa podría materializarse en la segunda mitad del año.
No obstante, esta recuperación no está exenta de riesgos, especialmente a corto plazo.Tras el control de la tercera ola de COVID-19 en España, ya estamos observando cómo algunos países de nuestro entorno comienzan a sufrir incrementos en el número de contagios.
Será importante que el virus se mantenga controlado en España y, a poder ser, también en Europa para que el inicio de la recuperación del sector se adelante lo máximo posible, evitando que las pérdidas se extiendan a lo largo de la primavera y al inicio de la campaña de verano.
Por su parte, la meta volante clave para la recuperación del sector la marca la vacunación de la población de más de 60 años, a la que nos referimos como población de riesgo.
Este grupo de población aglutina tan solo el 20% de los contagios, pero concentra dos terceras partes de las hospitalizaciones y el 95% de los fallecimientos que causa el virus. Esperamos que el ritmo de vacunación continúe acelerando semana a semana y que a finales del mes de mayo se haya podido vacunar a cerca del 90% de la población de riesgo. Con ello, la presión hospitalaria se contendría significativamente y se abriría la posibilidad de moderar las medidas de restricción a la movilidad.
En este escenario, esperamos que el gasto que efectúan los turistas internacionales y domésticos en España mejore considerablemente con respecto a 2020, aunque se mantenga significativamente por debajo del nivel de 2019. Así, esperamos que el PIB turístico aumente alrededor de un 80% en 2021, lo que significa un gran avance, aunque aún se situaría un 40% por debajo del nivel pre-COVID.
A medio plazo, las vacunas deberían suponer la salida definitiva de la situación que está viviendo el sector y consolidar su recuperación y su papel como uno de los motores de crecimiento de la economía española.
Informe Sectorial Turismo-2021 – El inicio de una necesaria recuperación