La fiebre de Pokémon Go ya ha llegado a la Costa del Sol. La cercanía del hotel BlueBay Banús con una “pokestop” denominada Campana de Guadalpín, ha provocado que varios jugadores de este juego, que actualmente arrasa en todo el mundo, invadieran las instalaciones del hotel llamando la atención de clientes y trabajadores.
Los hechos han tenido lugar ayer por la mañana en la piscina principal del establecimiento hotelero cuando varios trabajadores del lugar se percataron de la presencia de 5 jóvenes vestidos de calle con sus smartphones en la mano y armando un cierto jaleo en medio de decenas y decenas de bañistas. Una estampa bastante pintoresca en un hotel al cien por cien de su ocupación lleno de turistas en bañador y bikini.
Tras ser apercibidos e identificados como no clientes del hotel, se les invitó a salir de las instalaciones privadas del mismo sin mayores incidentes, no sin antes provocar que varios clientes del hotel se sumaran a la caza de Pokémons con sus teléfonos móviles. Los jóvenes, de entre 14 y 16 años, han declarado que la cercanía de una “pokestop” y el propio desarrollo del juego hicieron que entraran en la propiedad. También señalaron que no eran conscientes de que estuvieran haciendo nada malo y rápidamente pidieron disculpas a la dirección del hotel.
Para aquellos que no estén muy familiarizados con el juego, las llamadas “pokestops” son monumentos, edificios emblemáticos o curiosos en las ciudades que el algoritmo del juego genera de forma automática y que tienen gran importancia en Pokémon Go ya que en estos lugares reales se pueden conseguir objetos valiosos para el desarrollo virtual del juego.
Este incidente en Marbella viene a sumarse a una cadena de sucesos alrededor de la fiebre con este juego para smartphones, disponible en España desde hace tan solo una semana, que se ha desatado en gran parte del planeta. Entre estos sucesos que mencionamos destacan la entrada de dos jóvenes de 25 años en el aparcamiento de la Comandancia de la Guardia Civil de Las Rozas (Madrid) el pasado martes mientras jugaban, así como el choque de un joven contra un coche de policía mientras cazaba Pokémon en Baltimore (EE.UU.).