El sector turístico español se prepara para cerrar un año histórico mientras vislumbra un 2025 lleno de oportunidades, pero también marcado por la incertidumbre ante nuevas normativas gubernamentales. Con cifras récord previstas para 2024 y un sector consolidado como motor económico clave, la Mesa del Turismo de España subraya logros destacables, como la desestacionalización de la actividad y el crecimiento de mercados emisores. Sin embargo, enfrenta desafíos regulatorios que podrían comprometer su competitividad internacional.
Cifras récord para 2024: una base sólida para el futuro
El balance preliminar de 2024 refleja un éxito sin precedentes para el turismo español. Según Juan Molas, presidente de la Mesa del Turismo, el país ha recibido cerca de 95 millones de turistas internacionales, superando los 85 millones registrados en 2023. Este crecimiento ha impulsado la facturación del sector por encima de los 200.000 millones de euros, lo que representa una contribución histórica al PIB nacional, superior al 13%.
Además, el empleo en el sector ha mostrado una evolución positiva, con más de 80.000 nuevos afiliados a la Seguridad Social durante el año. Este incremento coloca al turismo en camino de superar los 3 millones de trabajadores afiliados en 2025, marcando otro hito histórico. «El turismo continúa demostrando su capacidad para generar riqueza, empleo y estabilidad de manera sostenida», destacó Molas.
Desestacionalización: el gran avance cualitativo de 2024
Entre los aspectos más sobresalientes del año, la Mesa del Turismo celebra los avances en la desestacionalización, un objetivo largamente perseguido por el sector. Aunque los meses de verano siguen concentrando la mayor parte de la actividad turística, los meses de septiembre, octubre y noviembre han registrado tasas de ocupación muy satisfactorias, con precios superiores a los habituales en años anteriores. Este cambio refleja una evolución estratégica que contribuye a equilibrar la actividad a lo largo del año, favoreciendo la sostenibilidad económica y laboral.
Expectativas positivas para 2025
De cara a 2025, el sector manifiesta un optimismo moderado. Según Molas, la estabilidad de los principales mercados emisores europeos, como Reino Unido, Alemania y Francia, combinada con el crecimiento de mercados emergentes en Asia y América del Norte, augura un panorama favorable. Además, el incremento en los slots de las compañías aéreas refuerza las expectativas de continuidad en la senda de crecimiento.
Sin embargo, el sector insiste en que este optimismo debe ser respaldado por un entorno normativo estable y coordinado. «La confianza en 2025 está directamente ligada a la capacidad del gobierno de escuchar y colaborar con el sector», señaló Molas.
Un desafío regulatorio que inquieta al sector
A pesar de las buenas perspectivas, la nueva normativa sobre la recopilación y gestión de datos personales ha generado preocupación entre los actores del turismo. Esta regulación, que exige a las empresas recopilar hasta 50 datos personales de cada cliente, incluyendo información como el número de cuenta bancaria, teléfonos de contacto, y datos de acompañantes, ha sido calificada como un obstáculo operativo y competitivo.
«Somos el único país de Europa que solicita esta cantidad de información a los turistas, lo que va en contra de las normativas europeas de protección de datos, que abogan por la minimización de la información recopilada», advirtió Molas. Además, la obligación de conservar estos datos durante tres años representa un desafío insostenible para muchas pymes del sector, que carecen de los recursos necesarios para garantizar la seguridad de esta información.
Impactos en la competitividad y en la confianza del turista
El cumplimiento de esta normativa no solo implica una carga administrativa significativa, sino que también pone en riesgo la privacidad de los clientes y la imagen del destino. Según Molas, países como Reino Unido ya han comenzado a cuestionar estas medidas, calificándolas como «Gran Hermano turístico». Esta percepción podría desincentivar la llegada de turistas internacionales, especialmente de mercados sensibles como los británicos, alemanes y neerlandeses.
Además, la implementación de plataformas digitales para la gestión de estos datos ha sido objeto de críticas. A solo unas horas de su puesta en marcha, la plataforma nacional colapsó, y Cataluña ha introducido su propio sistema, creando duplicidad de esfuerzos y confusión. «Es un auténtico sinsentido que dificulta nuestra labor y afecta nuestra competitividad», afirmó Molas.
Reclamos de diálogo y colaboración
El sector ha pedido al gobierno un enfoque más coordinado y basado en la realidad operativa de las empresas turísticas. Hasta ahora, las asociaciones nacionales e internacionales han expresado su rechazo a la normativa y han anunciado posibles acciones legales para garantizar la defensa de sus intereses.
«El gobierno debe entender que no somos policías ni responsables de verificar la veracidad de los datos proporcionados por los clientes», añadió Carlos Abella, miembro de la Mesa del Turismo. Asimismo, resaltó que las sanciones previstas por incumplimiento, que van desde 600 hasta 30.000 euros, son desproporcionadas y amenazan la viabilidad de muchas empresas.
Un sector resiliente, pero con retos por superar
A pesar de estos desafíos, el turismo español se mantiene resiliente y optimista sobre su capacidad de adaptación. La colaboración entre empresas, asociaciones y gobiernos será clave para abordar los obstáculos regulatorios y maximizar el potencial de crecimiento en 2025.
El presidente de la Mesa del Turismo concluyó destacando la importancia de trabajar juntos para garantizar que España siga liderando el turismo mundial. «El turismo no solo es un motor económico, sino también una herramienta de cohesión social y cultural. Debemos protegerlo y potenciarlo en beneficio de todos.»
Con un balance de 2024 lleno de logros y un 2025 cargado de posibilidades, el sector turístico español está llamado a consolidar su posición como uno de los pilares fundamentales de la economía nacional y global.