Airbnb se ha convertido en una espina clavada en el costado de muchas ciudades que han intentado regular su crecimiento a lo largo de una década, más o menos, en la que la compañía ha pasado de ser una startup basada en modelos de economía colaborativa a un gigante del alojamiento y los viajes.
Ahora, las ciudades de Ámsterdam, Barcelona, Berlín, Burdeos, Bruselas, Cracovia, Múnich, París, Valencia y Viena han pedido a la Unión Europea que impida a Airbnb actuar con carta blanca en el viejo continente.
En una carta publicada en la página web del ayuntamiento de Ámsterdam, estas ciudades hacen referencia a una sentencia no vinculante en abril, en la que un asesor jurídico del máximo tribunal europeo afirmaba que Airbnb debería ser considerado un proveedor de servicios digitales, no un proveedor de alojamiento.
En aquel momento, se consideraba una señal prometedora para el futuro de las operaciones del Airbnb en Europa en una época de reacción contra el exceso de turismo.
Las ciudades están pidiendo ahora la cooperación del nuevo Parlamento Europeo y de la Comisión Europea entrante para ayudar a establecer «fuertes obligaciones legales» en todo el bloque que obliguen a Airbnb a cumplir con las normativas locales.
La carta señala que «cuando las plataformas afirman que están dispuestas a cooperar con las autoridades, en la práctica no lo hacen o sólo lo hacen cuando ellas consideran».
Por su parte, Airbnb ha emitido una declaración al respecto en la que resalta que «la opinión del Abogado General proporciona una visión clara de qué reglas aplican a las plataformas de economía colaborativa como Airbnb, y cómo estas reglas ayudan a crear oportunidades para los consumidores. También queremos ser buenos socios de las ciudades y ya hemos trabajado con más de 500 gobiernos de todo el mundo en medias que ayuden a los anfitriones a compartir sus hogares, cumplir con las normativas y pagar su parte justa de impuestos. A medida que avanzamos, queremos seguir trabajando con todo el mundo para poner a la gente local en el centro del turismo sostenible del siglo XXI».
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