A veces, viajar por trabajo puede convertirse en toda una fuente de estrés, independientemente de cuál sea tu profesión. Según un estudio reciente de Booking.com Business, el 35 por ciento de los profesionales considera que viajar por trabajo es estresante. ¿Cuáles son las fuentes de estrés más importantes y cómo pueden evitarse? Booking.com Business destaca los factores más estresantes según cada profesión.
Cancelaciones o retrasos
Cuatro de cada diez trabajadores (41%) cree que, en general, las cancelaciones y retrasos del viaje son estresantes. Para trabajadores de ONGs y organizaciones benéficas, este porcentaje asciende hasta el 53%.
Mala señal o ausencia de wifi
A uno de cada tres profesionales (33%) le estresa, pero sobre todo a quienes trabajan en Ventas (43%) o en el ámbito del Derecho (41%).
Ponerse enfermo
A tres de cada diez trabajadores (30%) le estresa la posibilidad de encontrarse mal durante un viaje. Quienes se suelen ver más afectados son los profesionales del sector de las Artes y la Cultura (39%) y los asesores de gestión empresarial (34%).
La barrera del idioma
Tres de cada diez profesionales (30%) cree que no saber hablar el idioma del destino es estresante, sobre todo en los sectores de la Industria (38%) y de la Arquitectura y el Diseño (34%).
Las barreras idiomáticas pueden ser incómodas, especialmente en el contexto laboral. Herramientas online como Google Translate y otras apps de traducción son medios fiables y sencillos que podemos usar sobre la marcha. Algunas apps incluso tienen una función para saber cómo pronunciar las palabras.
Olvidarse en casa algo importante
Más de uno de cada cuatro profesionales (28%) cree que este punto es muy estresante. Los que más temen dejarse algo importante en casa se dedican sobre todo al Derecho (39%). Hacer la maleta puede ser especialmente estresante si hacemos un viaje de última hora.
Gestionar el itinerario
A uno de cada cuatro profesionales (25%) le estresa tener que gestionar el itinerario y organizar las reuniones para sus viajes de trabajo. De entre todas las profesiones, los arquitectos son los más afectados (un 33%).
