A pesar del momento que se vive en el continente europeo, que califican como “delicado” a causa de la invasión rusa de Ucrania, y el impacto que está generando en los diferentes contextos (en especial en el ámbito económico), los miembros del Observatorio Nacional del Turismo Emisor (ObservaTUR) se muestran en general optimistas de cara a las vacaciones de Semana Santa.
En algún caso concreto, incluso, se considera que se superarán los resultados del mismo periodo de 2019, gracias a la demanda latente que existe, que está impulsando las ventas, y al aumento de las contrataciones que se está produciendo en las últimas semanas, “por encima de nuestras expectativas”. Se piensa, de hecho, que la Semana Santa podría suponer el “primer paso sólido” de la recuperación, tras los meses de crisis originados por el coronavirus.
Respecto a cómo se comportarán los viajeros nacionales, se cree que, un año más, optarán preferiblemente por los destinos domésticos, que apenas se resentirán, a juicio de los expertos de ObservaTUR.
En todo caso, y considerando el aparente control de la pandemia y el levantamiento gradual de las restricciones en las fronteras, las firmas situadas en la esfera de ObservaTUR advierten un aumento de las contrataciones de viajes internacionales, lógicamente hacia los lugares más alejados del conflicto, en detrimento de aquellos considerados como “puntos calientes”, por su cercanía a los escenarios de la contienda.
Es el caso, dicen, de los países del este, Polonia –sobre todo–, los Balcanes o la propia Rusia, un destino importante para la industria del turismo, tanto en el sector crucerista, como para el de los circuitos. También destacan el ‘golpe’ que pueden sufrir en los meses venideros los receptivos expertos en recibir turistas rusos, como pueden ser Cataluña, Baleares o Canarias.
La otra cara de la moneda, señalan muchos de los patronos, es que los acontecimientos que se están viviendo podrían favorecer los viajes a nuestro país, en tanto que geográficamente es un emplazamiento más distante de la guerra y que algunos de los países afectados o limítrofes son tradicionalmente competidores habituales del nuestro en el mercado turístico internacional.
Alguno de los portavoces consultados aventura que, incluso, el turismo extranjero en nuestro país podría duplicarse de cara a la Semana Santa, al considerarse, junto a Portugal y Grecia, un “destino refugio”.
El ‘despegue’ definitivo de los viajes, no obstante, puede verse condicionado por una subida generalizada de precios en todo la cadena de valor, como consecuencia de la crisis de la energía y los combustibles, aseguran los profesionales que conforman el grupo de expertos de ObservaTUR.
En este sentido, los representantes de las agencias de viajes remarcan el “grandísimo esfuerzo” que están haciendo todos los actores del ecosistema para paliar al máximo la subida, a costa de reducir sus márgenes comerciales.
En la misma dirección, y para tratar de compensar, se piden “medidas correctoras” desde el ámbito gubernamental tanto nacional como europeo.
Marcos Franco, socio fundador de ReiniziaT y portavoz de ObservaTUR, “todos los estudios indican que los viajeros tienen muchas ganas de volver a viajar y recuperar de alguna manera la normalidad. Sin lugar a dudas el factor proximidad juega a nuestro favor y a la hora de elegir destino vacacional los países más alejados del conflicto como puede ser España o Portugal, se verán beneficiados por los turistas que buscarán más que nunca destinos seguros y confiables, por lo que España se puede posicionar como un destino refugio para muchos mercados emisores”.