Este es un artículo invitado de Brandie Wright, Research Analyst en Phocuswright.
Para los viajeros de hoy en día casi todo es posible… con la aplicación correcta. Unos pocos toques en la pantalla pueden trasladar a un cliente en la cola de una pastelería a la planificación de su próximo viaje, una búsqueda donde le esperan fotos de su próximo destino, comentarios sobre hoteles y precios de billetes de avión.
Durante los viajes, las aplicaciones pueden hacer que sea más fácil hacer cosas como localizar una puerta del aeropuerto, check in, ambarcar en un vuelo o encontrar planes divertidos para cuando llegue a su destino.
Según el estudio de Phocuswright U.S. Traveler Technology Survey: Sixth Edition, el 70 por ciento de los viajeros de ocio que poseen un smartphone tienen al menos instalada una app de viajes.
Las aplicaciones de aerolíneas son las claras favoritas. Más de la mitad de los viajeros estadounidenses tienen al menos una instalada en su dispositivo. Aunque la mayoría de las aplicaciones de las aerolíneas han incorporado funciones de búsqueda y reserva, también han incorporado herramientas para gestionar todo el viaje, desde ayudar a los viajeros en un seguimiento del estado de sus vuelos, el check in, mejorar sus asientos, incluso desplazarse por el aeropuerto.
De esta forma, uno de cada dos viajeros de Estados Unidos pertenece a un programa de fidelización de aerolíneas.
En el caso de las agencias de viajes en línea (OTA), están desarrollando numerosas apps para el sector. De hecho, muchas han sido pioneras en este desarrollo, incluso antes que las aerolíneas, que han recuperado terreno en los últimos tiempos. El 44 por ciento de los viajeros norteamericanos cuenta con una app de OTA instalada en su móvil. Este avance continuará en los próximos meses, sin ninguna duda. Las OTAs incorporarán a sus apps alertas de precios, rutas y mapas, comentarios, información del destino y, por supuesto, la posibilidad de comprar en diferentes proveedores.
Los hoteles van a la zaga
Los hoteles, sin embargo, no están teniendo un éxito similar, lo cual no tiene demasiado sentido si tenemos en cuenta que el 92 por ciento de los viajeros de ocio se alojará en un hotel mientras que «sólo» el 64 por ciento tomará un avión. Por no decir que el número de reservas en hoteles duplica al de las aerolíneas y las estancias son, evidentemente, mucho más largas.
Pero ¿por qué ese consumo no se traduce en descarga de aplicaciones?
Hay algunas explicaciones evidentes. Por ejemplo, hay muchas más marcas de hotel que de aerolíneas, desde las grandes cadenas a los hoteles independientes, pasando por los alojamientos alternativos y apartamentos. Hay pocas probabilidades de que un viajero repita en la misma marca de hotel, al menos en comparación con las aerolíneas.
Mientras que algunos hoteles se están poniendo en marcha con el móvil, llegan más bien tarde al juego en comparación con el resto de empresas. La mayoría de los hoteleros están abordando la fruta madura en primer lugar, con las compras y de sistema de reserva, registro y check in, pero estos elementos básicos en el mundo móvil que vivimos. Hay una demanda de funciones más significativas, tales como llaves digitales, reservas de servicios complementarios durante la estancia, chat con el personal del hotel o recibir recomendaciones en tiempo real sobre posibles actividades de ocio.
Las expectativas de los dispositivos móviles están aumentando rápidamente. Para los hoteles, la construcción de la próxima generación de aplicaciones llega con grandes desafíos. Los hoteles deben sopesar esos obstáculos con el costo de la inacción. La innovación móvil puede ofrecer una mejor experiencia que, a su vez, puede ayudar a las marcas hoteleras a estar presentes en la mente del viajero cuando planifiquen su próximo viaje.
Artículo original en Phocuswright.