Un importante interrogante que se plantea a las aplicaciones nacionales de rastreo de contactos de coronavirus es si funcionarán cuando los ciudadanos de un país viajen a otro. ¿O se le pedirá a la gente que descargue y use múltiples aplicaciones si están viajando a través de las fronteras del viajo continente?
En Europa, donde varios países están trabajando en aplicaciones que utilizan Bluetooth para intentar automatizar el rastreo de contactos detectando la proximidad de los dispositivos, el desafío de la interoperabilidad es particularmente apremiante dada la multitud de fronteras.
Bien es cierto que, en tiempos normales, los ciudadanos de la Unión Europea pueden casi olvidar que existen dichas fronteras gracias a los acuerdos destinados a facilitar la libre circulación de los ciudadanos de la Unión en el Espacio Schengen.
En la actualidad, con muchos países de la UE todavía en bloqueo, hay relativamente pocos viajes transfronterizos en marcha. Pero la Comisión Europea ha estado centrando su atención en el apoyo al sector turístico durante la crisis del coronavirus, proponiendo esta semana un paquete de turismo y transporte que establece recomendaciones para un levantamiento gradual y por etapas de las restricciones.
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Una vez que los europeos empiecen a viajar de nuevo, la eficacia de cualquier aplicación nacional de rastreo de contactos podría verse socavada si los sistemas no son capaces de hablar entre sí.
En la UE, esto podría significar, por ejemplo, que un ciudadano francés que viaja a Alemania en viaje de negocios – donde pasa tiempo con una persona que posteriormente da positivo en las pruebas de COVID – podría no ser advertido del riesgo de exposición. O, de hecho, viceversa.
Los Estados miembros de la UE reconocen esto, y esta semana acordaron un conjunto de directrices de interoperabilidad para las aplicaciones nacionales, según el cual los usuarios deberían poder confiar en una sola aplicación independientemente de la región o el Estado miembro en el que se encuentren en un momento determinado.
Aún no se han resuelto todos los detalles técnicos de la interoperabilidad, pero la intención es trabajar juntos para que las diferentes aplicaciones puedan compartir un mínimo de datos y permitir que las notificaciones de exposición sigan fluyendo mientras los europeos viajan, a medida que se levanten las restricciones.
Los ténicos advierten que, si bien la interoperabilidad entre los sistemas descentralizados y centralizados «es posible en principio, introduce importantes preocupaciones en materia de privacidad», dado que, por una parte, los sistemas descentralizados se han diseñado específicamente para evitar que una autoridad central pueda recuperar la identidad de los usuarios; y «en consecuencia, el cálculo centralizado de riesgos no puede utilizarse sin debilitar gravemente la privacidad de los usuarios del sistema descentralizado».
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Por lo tanto, incluso si una persona confía en su propio gobierno para gestionar sus datos sanitarios, puede estar menos inclinada a confiar en el gobierno de otro país. Lo que significa que podría existir el riesgo de que los sistemas centralizados que operan en una región de varios países como Europa terminen contaminando la confianza de estas aplicaciones de forma más general, dependiendo exactamente de cómo estén hechos para interoperar con los sistemas descentralizados.
Los gobiernos europeos que acuerden unirse en torno a un enfoque común -y acepten una solución rápida y universal de la API que se está poniendo a disposición a nivel de la plataforma de smartphones- también ofrecerán un mensaje mucho más claro a los ciudadanos.
Esto probablemente ayudaría a generar la confianza de los viajeros en las aplicaciones nacionales y a adoptarlas, lo que, a su vez, daría a las aplicaciones una mayor utilidad. Un enfoque común paneuropeo también podría mejorar la utilidad de las aplicaciones de rastreo al producir menos lagunas en los datos. Los beneficios podrían ser enormes.
Sin embargo, por ahora, la respuesta digital de Europa a la crisis del coronavirus parece más desordenada y llena de preguntas sobre la facilidad con la que las aplicaciones nacionales diferentes podrán trabajar juntas cuando los países opten por seguir su propio camino.
Información original publicada en TechCrunch.