La incorporación de los vehículos automáticos a las carreteras puede suponer la mayor innovación en el mundo del transporte desde que los caballos dieron paso a los vehículos de motor.
Sin embargo, las pruebas realizadas por Google o Tesla parece que nos sitúan lejos de un escenario donde la totalidad de los vehículos sean automáticos. Es más, alguna de las últimas pruebas de Tesla han tenido, literalmente, resultados fatales.
Sin embargo y, de un modo silencioso, algunas compañías han visto una oportunidad en la incorporación de pequeñas rutas de vehículos automáticos para trayectos mucho más cortos en espacios como resorts o parques temáticos.
Es el caso de Local Motors en Estados Unidos; WePods en Holanda; o Navya y EasyMile en Francia.
Curiosamente, los modelos de las distintas compañías son bastante similares: una especie de minibus distribuido en dos mitades simétricas con una doble puerta central situada en uno de los dos laterales.
Evidentemente, el sistema sólo necesita un dispositivo de recarga eléctrica y no necesita de cableado o de sistema alguno de guiado en la calzada. A la larga, supone un ahorro de costes –al no necesitar un conductor humano– y una mayor eficiencia en los tiempos.
Del mismo modo, elimina la posibilidad de despistes y errores humanos. Todos los vehículos pueden ser monitorizados e incluso controlados desde un portátil o tablet.
En cuanto a la gestión del modelo de negocio, algunas compañías venden o alquilan los vehículos mientras otras, como es el caso de Local Motors, ofrecen un servicio de suscripción gracias al cual los clientes pueden renovar su flota de vehículos a medida que ésta se quede anticuada.
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