La firma tecnológica malagueña Paraty Tech ha publicado los resultados de una encuesta realizada justo después de la condición impuesta por Boris Johnson a los turistas británicos que escogieran España la Península Ibérica o los archipiélagos canario y balear para disfrutar sus vacaciones.
Una medida a la que paulatinamente se han ido sumando muchas otras naciones: Francia, Alemania, Irlanda, Bélgica, Países Bajos, Noruega…
La pregunta que se planteaba era clara y concisa: consideras estas medidas: previsibles pero dramáticas, inesperadas e interesadas, desmesuradas e ineficientes o necesarias y comprensibles? A continuación, exponemos los resultados:
- Una cuarta parte de los encuestados afirma no haberse sorprendido de las medidas puestas en marcha, a la vista de la evolución de la pandemia, si bien reconocen que su impacto para el sector es, sin duda, dramático. Sin ir más lejos, dos de los principales turoperadores británicos, TUI y Jet2, suspendieron todos sus paquetes vacacionales a España y, de momento, así siguen
- Un tercio de los encuestados sencillamente no dan crédito, no conciben lo que está sucediendo y han recibido estas medidas con incredulidad y escepticismo, intuyendo que detrás de las mismas se esconde algo más que una mera medida de control. Al fin y al cabo, todo el dinero que no se gasten los viajeros de puertas para afuera, previsiblemente sí lo harán de puertas para adentro. Favoreciendo el turismo doméstico y evitando las salidas masivas, Reino Unido retendrá la nada desdeñable cifra de 4.000 millones de euros.
- Otro tercio de los encuestados encuentran estas medidas tan desmesuradas como ineficientes. Nadie pone en duda la importancia de los casos importados, pero los números indican que no es esta, ni mucho menos, la principal causa actual de propagación del virus. Matar moscas a cañonazos conlleva muchos riesgos y demasiados daños colaterales.
- Tampoco faltan quienes opinan que estas medidas son necesarias y totalmente comprensibles. Es cierto que se trata, tan solo, de un 5% de los encuestados, pero su visión es tan respetable como cualquier otra. Nos enfrentamos a una crisis, en primer lugar, sanitaria. Y para tratar de frenar el avance de la pandemia, las restricciones de movilidad, si no suman, al menos seguro que no restan.