La jornada de mañana del espacio #techYfuturo ponía el broche de oro con una mesa redonda moderada por Juan Carbajal, de ITH, en la que la representante en España del Proyecto Venus, Sue Everatt, y el fundador de Concious Hospitality, Arturo Cuenllas, expusieron sus visiones acerca del desarrollo basado en la economía de recursos.
La visión más social y anticapitalista de la mañana la propuso Everatt, quien aseguró que se ha de mejorar en medicina, investigación y medio ambiente y desechar las inversiones en armas, pero sin dejar de lado la seguridad de los ciudadanos. El Proyecto Venus propone una visión alternativa de lo que puede ser el futuro si aplicamos lo que ya sabemos para lograr una nueva civilización mundial sostenible. Requiere un rediseño sencillo de nuestra cultura en el que las antiguas deficiencias de la guerra, la pobreza, el hambre, la deuda y el sufrimiento humano innecesario se consideran no sólo evitables, sino totalmente inaceptables.
La aplicación inminente de las nuevas tecnologías en los distintos sectores está provocando, según afirmaron ambos ponentes, problemas en empleo. Para Cuenllas, el sector empresarial que más sufre la implicación de las tecnologías es el bancario, ya que los clientes realizan sus actividades económicas desde su teléfono móvil. Las tecnologías son importantes, pero son los trabajos los que se deberían «reconfigurar de otra manera», defendió.
La preocupación por la reducción de puestos de empleo con la aparición de la tecnología protagonizó toda la conferencia. «Las nuevas tecnologías a efectos de tercera revolución no están siendo lo que se esperaba”, afirmó el fundador de Concious Hospitality. Para la representante del Proyecto Venus, el cambio ha de ser transitorio y el trabajo del ser humano ha de empezar desde la educación escolar. Everatt consideró que se debería amenizar la investigación y la ciencia desde la base. Asimismo, aseguró que la adaptación de los edificios de las ciudades masificadas requiere elevado nivel de trabajo, mientras que empezar de cero una ciudad -en ello consiste el Proyecto Venus – no necesita tantos recursos ni energía.
Finalmente, la aplicación de la tecnología al sistema hotelero es considerado por Cuenllas como una reconfiguración de procesos para adquirir más valores. Sin embargo, no podrá abandonar el sistema humano y deberá «invertir en personas», así como respetar al medio ambiente. Everatt incidió en la idea de que los ciudadanos «entiendan que no están para servir los unos a los otros», sino para colaborar. Para la representante del Proyecto Venus, el sector turístico podría ayudar «empezando a crear una hospitalidad global. El turismo y la hostelería pueden abrir las puertas».