El turoperador británico Thomas Cook ha protagonizado una de las peores noticias en la historia reciente del sector al declararse en quiebra esta pasada madrugada.
La empresa necesitó un rescate de 200 millones de libras esterlinas para asegurar su supervivencia tras una inversión previa de 900 millones en julio de este año. Cantidades que se han demostrado insuficientes para salvar la compañía.
Así las cosas, el turoperador ha solicitado la «liquidación forzosa» con efecto inmediato, poniendo a la empresa en manos de funcionarios externos para la liquidación de sus operaciones comerciales.
En la actualidad, unos 600.000 viajeros se encuentran en destino en viajes ofrecidos por su gama de marcas de operadores turísticos o en ofertas de sólo vuelo en su aerolínea. Todos serán repatriados automáticamente.
La crisis financiera que ha asolado a la compañía antes de su cierre se atribuye a problemas políticos en destinos como Túnez y Turquía, a los viajeros que se quedaron en Reino Unido debido al clima inusualmente cálido en el norte de Europa en 2017 y a los problemas derivados del Brexit.
Thomas Cook cuenta con 34 aviones y 22.000 empleados en todo el mundo, incluidos call centers, agencias de viajes minoristas y personal de apoyo en cientos de complejos turísticos.
Fuente: Phocuswire
Imagen de portada vía Freepik
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