por Vicente Romero, presidente de Círculo Internacional de Directores de Hotel.
Es urgente acometer cambios en el sector, replantearnos nuevas fórmulas de gestión para no encontrarnos en 2023 ante la falta de trabajadores, no es un problema local, ni regional, es un problema global, en el que se deben implicar administraciones y empresas, salir del modelo tradicional y formar a jóvenes con otro formato más ilusionante, cambiar la imagen que tenemos, “trabajar en turismo es igual a hacer muchas horas y ganar muy poco”.
Es fundamental que los jóvenes aprendan a amar la hostelería y el turismo en general, crear las bases para cambiar conceptos y condiciones para ilusionar de nuevo la juventud, crear incentivos que ilusionen no dar ayudas para que no hagan nada, todo ha evolucionado, el tiempo también a pasado por la hostelería y el turismo, es necesario reinventarnos y equilibrar los incentivos, quedaron muy lejos los tiempos donde las propinas tenían un valor muy importante, recordar que un camarero podía ganar más con las propinas que de nómina.
El liderazgo juvenil debe tener prioridad en nuestros objetivos, la hostelería y el turismo en general, tiene magia, crea familias, con independencia si te has podido formar en una gran escuela de hostelería o bien comenzaste trabajando de camarero, todos pueden convertirse en grandes profesionales, tenemos en CIDH grandes profesionales reconocidos por todo el mundo que han triunfado teniendo como única consigna, su pasión por el Turístico. Debemos transmitir esto.
Los equipos no pierden la ilusión en el trabajo si hay armonía, progreso profesional y personal, pero todo persona debe ser recompensada por el valor que aporten en su puesto de trabajo, la compensación económica es y debe ser justa, tan importante o más es la gratificación emocional, es más, el trabajador que no se siente ni valorado ni con visión de progreso en la empresa, tiende a abandonar antes su trabajo.